Después del viaje

Autor: Padre Lucio del Burgo OCD

 

 

Tengo la sensación que el acontecimiento, después de dos meses, que es cuando escribo estas líneas, se puede convertir  en un bonito recuerdo y en un entusiasmo popular. Me refiero al Viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos.  La culpa es nuestra: de los pastores y líderes religiosos. Por mi parte tengo que decir que he dedicado tres programas en Radio Paz, emisora de la Archidiócesis de Miami con una gran audiencia popular. También he impartido un taller basado en este evento.

En el presente artículo señalo algunas notas, que a mi modo de entender, exponen el contenido doctrinal del Viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos.

 

--- Este Papa admira Estados Unidos por su largo camino democrático y por su profunda religiosidad. Este país es un estado secular pero abierto a todos los credos. No se confiesa ateo sino respetuoso con todas las creencias. La religión es tenida en gran estima.

 

--- Benedicto XVI ha proclamado que Dios debe ocupar un lugar destacado en la vida. No es una realidad pasada de moda. Con Dios el mundo es una anticipación del paraíso. Sin Dios el mundo es un infierno.

 

--- El relativismo moral. Todo vale, no hay puntos fijos y universales sino los que se pueden deducir de un pacto. Aquí entraría también el cristianismo a la carta, es decir, afirmación de unos valores y marginación de otros. ¿Quién es el árbitro de estos valores? ¿De qué fuente manan los criterios que poseemos?

 

“El resultado es una separación creciente entre la fe y la vida: el vivir “como si Dios no existiese”. Esto se ve agravado por un planteamiento individualista y ecléctico de la fe y la religión: alejándose de la perspectiva católica de “pensar con la Iglesia”, cada uno cree tener derecho de seleccionar y escoger, manteniendo los vínculos sociales pero sin una conversión integral e interior a la ley de Cristo”(Benedicto XVI).

 

--- Una objeción a Benedicto XVI: el Papa quiere imponer una política de Dios para todos. No es cierto. La actuación del Pontífice nace de su fidelidad al Evangelio, no proviene de ningún móvil político. Por otro lado, la Iglesia no esta interesada en imponer valores religiosos y morales. La Iglesia propone ciertos valores éticos porque cree que éstos son un gran bien para la sociedad. Insisto en la palabra “propone”, no impone.

Es más, los cristianos creemos que seguir a Jesús, el Señor, es la mejor oferta que podemos ofrecer a los ciudadanos de este mundo. Insisto, la Iglesia propone, no impone. Sólo queremos que nos dejen predicar el Evangelio, tal como lo entiende la Iglesia, no como lo entiende cualquier grupo social.