El niño de los ojos azules
Autor: Manuela González Aguilera
Érase una vez, porque así comienzan todos los cuentos, en un rinconcito de Plata, conocido en Andalucía, un niño de blanca tez y cabellos de oro, de ojos azules como el azul del cielo. Vivía en una pequeña casa junto a sus padres y hermanos. Crecía como otro niño más de su tiempo. Le gustaba mucho jugar, y era algo travieso.
Llegó el día, ese temido día de separarse de su familia para ir al colegio.
No entendía por qué sus mayores lo llevaban a aquel sitio. ¡Cuántos niños había en aquel centro! Tímido y asustadizo lo condujeron hacia dentro. Mientras, temeroso, pensaba si volvería su madre a recogerlo.
De pronto una persona desconocida, y muy grande, demasiado grande, comenzó a hablarle,
era la que iba a ser por un tiempo su profesora.
Cada año una clase nueva y un nuevo profesor, algunos de esos que decían que "la letra con sangre entra".
Ningún educador descubrió cuál era su talento, que cualidades tenía ese niño de tez blanca, cabellos de oro y ojos azules como el azul del cielo.
Fueron pasando los años, y creciendo el niño, aunque no sus preciosos talentos, quedándosele ocultos, incluso para él, con el tiempo.
Un buen día, ya de mayor, un poco avergonzado, escondiéndose en una falsa timidez llegó a este Centro de Adultos, maravilla de las maravillas. ¡Cuán distinto era todo esto!
Poco a poco fue descubriendo con la ayuda de la profesora, compañeros y con su propio
esfuerzo, que la primavera de su vida como flor iba naciendo.
Soñaba libertad, libertad que con la cultura iba viniendo.
Jamás he vivido esto, susurraba. ¡hay un niño dentro de mí que aún está creciendo!
Comenzó a escribir, desplegando sus alas al viento.
Entre poemas y versos, el niño tomaba cuerpo, despertando el artista que dormido llevaba dentro.
Desde entonces, una nueva estrella brilla por sí sola en el firmamento.