El rico insensato

Autor: Manuela González Aguilera

Sitio Web



Nos ponemos en presencia del Señor

Oración-Padre nuestro

Cuento: El hombre más rico del mundo

Diálogo sobre el cuento...

Reflexión: El dinero

Parábola: El rico insensato ( Lucas 12, 13-20)

Comentario de la parábola...todos...

 

Animador:

La parábola que acabamos de leer, expone la relación que debe tener el hombre con las cosas, con el ser y el tener.

Hay que tomar conciencia de la realidad de la vida y la muerte y dar importancia a la hora de escoger una escala de valores.

La equivocación del rico insensato esta en servirse de sus riquezas como si estuviera él solo sobre la tierra. Si observamos la lectura podemos ver catorce veces las palabras "yo" o "mío".

 

Compromiso:

 

Oración final:

 

Enséñanos Maestro

El hombre más rico del mundo

Había un joven en una ciudad del mundo, que era muy ambicioso. Todo su afán era hacerse rico, amaba el dinero más que cualquier otra cosa.

 

Así con ése motor que le movía, comenzó de la nada a trabajar en su propio negocio. Compró máquinas de ilusiones y fortuna, las que él mismo cuidaba como un tesoro.

 

Fue repartiéndolas por todo el territorio; Las máquinas de las ilusiones se iban multiplicando solas, atrayendo a personas incautas presas de sus encantos.

 

El joven conoció a una linda muchacha que se encandiló de las ambiciones del chico, se enamoraron y decidieron casarse y formar una familia.

 

Tuvieron cuatro hijos a los cuales no les faltaban de nada, tenían todo lo que vosotros no alcanzáis a imaginar, todo, todo... menos la cercanía de sus padres, que absorto en los negocios no tenían tiempo de jugar con ellos, verles crecer.

 

Pasó el tiempo y aquel joven había realizado su sueño: "Ser el hombre más rico del mundo", poseía la más grande de las fortunas.

 

En el camino de la vida había dejado atrás, los juegos, las risas y los sueños de sus hijos, la linda muchacha ya viejita, tampoco le servía.

 

Tan absorto en los negocios, olvidó encender la lumbre en su hogar cada día y disfrutar de las cosas sencillas.

Los hijos crecieron y se marcharon, la viejita quedó sola y él siguió amasando fortuna.

 

Se había convertido en un viejo ávaro, sus días los vivía miserablemente, no quería ni gastar el dinero que tenía acumulado. ¡Lo amaba tanto! que no podía desprenderse de él.

 

No veía la pobreza material de mucha gente, niños que morían de hambre... incapaz de ayudarse a sí mismo ¡como iba ayudar a los demás!

 

Había perdido lo más valioso de la vida, el calor de su hogar, sus hijos, su viejita, hasta su propia vida y aún no era consciente de ello. Solo le quedaba el dinero, que no quería gastar ¡lo amaba tanto!, que se dejaba arrastrar por él.

 

Solo e infeliz, vivió el resto de sus días, el pobre hombre más rico del mundo. 

 

                                                      

El dinero

En esta sociedad que vivimos, es necesario el dinero. Él nos abre muchas puertas, pero nos puede cerrar otras que no podemos abrir con manos humanas, las puertas del corazón.

El dinero hace falta para cubrir las necesidades y vivir dignamente, sin embargo cuando el dinero es el centro de nuestra vida nos esclaviza y nos hace ser tiranos.

El dinero hace posible que puedas compartir con tus amigos días de fiesta y banquetes, pero nunca sabes quienes son tus amigos, ni los tratas como a tales.

El dinero tiene poder y el que lo posee, si no es señor y dueño de si mismo. Es el dinero quién lo posee a él.

El dinero es caprichoso en manos de quien no es señor, levanta y sube a quién quiere, rechaza, despersonaliza y humilla, a quienes no les cae bien o les son molestos.

 

El dinero te ayuda a vivir pero no te da la felicidad que deseas.      

                                

Enséñanos Maestro

Señor Jesús

Maestro Bueno

Enséñanos a ser generoso

A no atesorar

Bienes materiales.

 

Enséñanos a descubrir

Que compartiendo

Lo que somos y tenemos

Seremos más felices.

 

Señor Jesús

Maestro Bueno

Enséñanos a no mirar

Para otro lado

Ante las necesidades

Del mundo.

 

Que de lo mejor de mí

En casa, con la familia

Con los compañeros y amigos

Con el más próximo a mí.

 

A Ti Señor

Te consagre la vida

Que con tanta generosidad

Me has dado. Amén