Misioneros y misioneras

Autor: Judith Araújo de Paniza

 

 

Hoy, día mundial de las misiones debemos honrar de manera especial a los misioneros y misioneras que atienden a los más necesitados en todas las partes del mundo.

Son muchas las personas que en el anonimato entregan sus vidas enteramente al servicio de otras, contribuyendo con su cuidado, atención y su desarrollo personal y social. Esta labor la realizan en hospitales, centros de rehabilitación, ancianatos, hogares de paso, centros educativos, por mencionar sólo algunos.

Lo más importante es que atienden las necesidades de supervivencia y protección, apoyándoles en el desarrollo de sus potencialidades y ofreciéndoles catequesis para que al mismo tiempo crezcan espiritualmente y conozcan el camino a la vida eterna.

Las mismas palabras que dirigió San Pablo a la comunidad de los Tesalonicenses, se las podemos expresar a los misioneros: “Siempre damos gracias a Dios por vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones…recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor”… Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el evangelio entre vosotros, no hubo solo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda”. *

Este mes ha tenido muchas bendiciones. El 12 de octubre canonizaron cuatro nuevos santos entre los que está la Madre Bernarda Butler que desempeñó una labor misionera muy importante en Cartagena y que fue la fundadora de las Hermanas Franciscanas.

En la Catedral de Bogotá se celebró la consagración de Colombia al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María por Monseñor Pedro Rubiano, arzobispo de Bogotá. Un grupo católico laico que se llama “Colombia en los corazones de Jesús y María” viene promoviendo esta doble devoción con la esperanza de que recibamos la transformación que requieren nuestros corazones y podamos conquistar la paz. Sigamos orando para que cada vez más colombianos nos unamos a esta propuesta y nos consagremos personal, familiar, parroquial y socialmente a estos corazones llenos de amor por Colombia y la humanidad.

Estos últimos días hemos celebrado fiestas de santos muy importantes, el día 15 la fiesta de Santa Teresa de Jesús, doctora de la iglesia, fundadora de quince conventos y quien con san Juan De la Cruz introdujo la gran reforma carmelitana. Que aprendamos de ella a sembrar amor para cosechar amor. El día 16 celebramos la fiesta de Santa Margarita María de Alacoque, santa que recibiera las manifestaciones del Sagrado Corazón de Jesús y cuyo cuerpo aún permanece incorrupto desde su muerte en 1690. Ayer, 18 de octubre día de San Lucas, el evangelista que más enfatizó en las obras de misericordia realizadas por Jesucristo.

Todos estos son ejemplos concretos de personas que conocieron a Jesucristo, a su Palabra, experimentaron su presencia en los sacramentos y apostaron todo por Él, viéndolo reflejado en el prójimo necesitado y por tanto dispuestos a trabajar por él.

Que diferente sería la realidad en nuestra patria si los cristianos asumiéramos nuestro papel misionero o, si por lo menos, apoyáramos a quienes realizan obras de misericordia como misión de vida.

*1ª. Tes 1, 1-5b