Tejidos (Lino y Otros)

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

 

 

YEn otro momento ya escribí sobre esta fibra. Añado que, ya que no había manera de encontrar una plantación de tal vegetal, del que en aquellos días se hablaba mucho, por los medios debido a un notorio fraude fiscal, pero no había manera de que alguien me indicase donde podía encontrar un campo, me tocó comprar semillas y plantarlas para así poder observar tallos, hojas y flores. Amén de fotografiar su evolución. Esta fibra textil forma parte de su tallo, el cual que debe, una vez seca la planta y puesta posteriormente en remojo, majarse antes de someterla al cardado. El resultado es una especie de estropajo marrón que se diferencia muy poco, a simple vista, del yute. No sé como, en la antigüedad, la decoloraban. Los que somos viejos recordamos la calidad que se le daba al lino. Ciertas sábanas y prendas de lujo lo eran de esta fibra. Muchos objetos litúrgicos también lo debían ser: albas, roquetes, manteles, corporales...Era una fibra cara, un poco tiesa y sus tejidos tenían una agradable superficie no del todo uniforme. En los tiempos bíblicos era la fibra por excelencia, pues, aunque seguramente conocían el algodón, por su proximidad a Egipto, donde sí lo cultivaban, no aparece nunca nombrado en la Biblia. Los vestidos eran de lino o de lana. En algún caso entraba la piel, pero su confección, entonces como ahora, seguían otros procedimientos. Se hilaba el lino con el huso y la rueca y se tejía en telares verticales. Esta labor era propia de hombres, pero, en los domicilios familiares, había pequeños telares que usaban las amas de casa. He visto reproducciones de estos utensilios en el mismo Nazaret (en la reproducción de la vida antigua que se ofrece a los turistas) en un arqueódromo situado junto a la carretera de Lyon a Paris y en la cercana población francesa de Elna. La urdimbre estaba tensada por el simple peso de unas piedras o por piezas de cerámica fabricadas y cocidas para estos menesteres. Tengo algunas de ellas en casa, procedentes de Grecia o de la antigua cultura íbera, las de Israel eran semejantes. Explico estos detalles porque cuando contemplo las reconstrucciones, o las mismas piezas que poseo, me sugieren la aportación de Santa María a la economía doméstica de la Sagrada Familia y me indican que, sin que se diga explícitamente, la Virgen fue una artesana. La otra fibra era la lana, procedente del ganado menor o hasta del mismo camello. Que nos cueste imaginar que un vestido pueda ser de burda lana de cabra no es extraño, pero para una cultura beduina era lo propio. El lino, aunque el periodo que va de la germinación hasta el secado de la planta, sea corto, supone una vida estable, quieta, característica de las poblaciones agrícolas. Tal vez sea la diversidad del origen, que siempre supone una cierta rivalidad, la causa de que se prohíba la mezcla en una prenda, de las dos fibras. Y tal vez la procedencia del lino, sea uno de los motivos por el que se le diera a la fibra una gran categoría. La mayor parte de veces que se habla en el Sagrado Texto es para señalar que las vestiduras sacerdotales, desde mantos solemnes a vulgares calzones, lo deban ser de ella. Los hilos de lino y seda son los propios de las telas que se utilizaban en Israel.


El fenómeno de la mezcla en un tejido, ha sido de actualidad porque una conocida e importante firma española de confección de prendas de vestir, con buenas ventas en el Israel de hoy, había puesto en venta ciertas piezas elaboradas con algodón y lino, contraviniendo normas religiosas (Dt 22,11). La empresa se ha excusado y ha prometido no volver hacerlo. Tal vez pensaba que su gesto infantil le merecía entrar en el Reino de los Cielos (Mt 18,3) , aunque suponga uno más bien, que los motivos han sido puramente mercantiles. Recuerdo al respecto, la campaña que se armó, con amenazas de muerte incluidas, contra la firma Chanel, el diseñador Karl Lagerfeld y la modelo Claudia Schifferhizo porque en un modelito de un desfile, aparecía alguna frase coránica. También se pidió perdón. En ambos casos, la primera reacción es de extrañeza, de preguntarse el motivo y origen de tales actitudes y, una segunda reflexión, es la indiferencia con que se recibe la profanación de tantos signos cristianos exhibidos o presentados sin ningún respeto. ¿Se trata de que nuestra llamada "cultura cristiana" es tolerante o es que posee una gran capacidad de mediocre indiferencia?.