Divagaciones veraniegas II

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

 

 

Desde cualquier ángulo que me lleguen las noticias de actualidad, sea en papel o vía cibernética, me encuentro siempre algunas que hacen referencia a la posible conversión del ex de Inglaterra: Tony Blair a la Iglesia Católica. Imagino que gustará enterarse a los lectores, de un hecho ocurrido hace unos años en Jerusalén, que me explicó en casa el mismo co-protagonista. Omito su nombre por razones personales, sin que ello implique para el lector la menor duda de que es cierto lo que cuento.

Hay que advertir que el "Terra Sancta College" es un edificio muy próximo a la residencia del Primer ministro israelí. Me abstengo de dar la dirección porque veo en la guía que es muy larga. Algún visitante de Jerusalén quizá recuerde la solemne imagen de la Virgen que corona el complejo, que pertenece a la Custodia Franciscana, a 11 minutos de la Puerta Nueva. Durante bastantes años ha estado ocupado, o cedido, al gobierno de Israel para funciones universitarias, según creo. No obstante lo dicho, aun en aquellos tiempos, siempre hubo una pequeña comunidad franciscana con su iglesita interior. La cosa es que, un día, sonó el teléfono y preguntaron a qué hora se celebraba la misa. Contestó mi amigo a lo que le solicitaban y escucho que le decían después, que iba a ir el presidente. Ante tamaña advertencia, pensó él que se trataba de una broma, colgó y no volvió pensar en el asunto. Al cabo de unos días, muy de mañana, en un día de labor, sonó el timbre y, por el interfono del exterior, solicitaron que abrieran la puerta pues el presidente quería entrar a misa. Aquello pasaba de castaño oscuro, era inimaginable que el premier asistiera a la Eucaristía, pero algo debía haber de cierto, fueron los rápidos pensamientos del buen fraile. Bajó a abrir y se encontró que el que llegaba era el primer ministro del Reino Unido, que, en aquellos días, oficiaba de Presidente de la Unión Europea. Se debía encontrar con el de Israel e iba acompañado de su esposa.

Me parece que se entendieron en francés en sus saludos. Durante la celebración de la misa, a la que asistió con gran fervor el matrimonio, la lectura la leyó en ingles la señora, el evangelio, el buen franciscano, que domina muy bien el francés, lo proclamó en esta lengua y la anáfora se pronunció en latín. Si el hecho es cierto con total seguridad, conozco muy bien al franciscano y la casa donde residía, en algún detalle referente al idioma puedo haber errado. Supongo saben los lectores que la esposa de Blair, ella sí es católica y consecuentemente comulgara en aquella celebración.

Lo cuento no como vulgar anécdota, sino como noticia satisfactoria. Quisiera señalar dos aspectos. En primer lugar la actitud de preparar con la plegaria una entrevista de importancia suma. Solicitar ayuda, supongo que prudencia en el lenguaje, acierto en las proposiciones etc, es un gesto muy cristiano, digno de imitar, aunque ni yo, ni los lectores, seguramente, tengamos la categoría del premier ingles. En segundo lugar, hay que analizar las actitudes y saber calificar las situaciones. No creo que se deba hablar de conversión, en una persona de tal actitud espiritual. La veo mucho más próxima a la Fe Católica, que la que pueda tener tanta gente de la nuestra, que pueda llevar en el bolsillo su fe de bautismo, expedida por una parroquia y legalizada en el obispado si conviene, y que, en cambio viva olvidada de Dios y que al tomar decisiones ignora la ayuda que el Señor pueda darle.

Un segundo aspecto. Semejante a los comentarios que se hicieron respecto a aquella comunión que vimos por la TV vaticana, se le dio al hermano Roger, y se la dio el mismo cardenal Ratzinger, el día del entierro de Juan-Pablo II. ¿Se trataría de convertirse, de girar 180º, o sólo de dar un paso adelante y penetrar más profundamente en el meollo?