Año Paulino

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

 

 

Se nos informa que el Papa ha decidido celebrar un año en honor de San Pablo. Disponemos ya de la correspondiente web. Las agencias trasmiten sugerencias. No sé informa con detalle de lo qué se prepara. Quienes trabajarán en ello, serán las agencias de viajes. Prepararán rutas turísticas, que etiquetarán con el nombre de peregrinación. No me niego la posibilidad de visitar el sepulcro del Apóstol. Me separan menos de 1500km. que más de una vez he recorrido en coche. O poco más de una hora de avión, que, en línea barata, es mucho más asequible y rápido. He rezado en el lugar cuando no era tan segura como lo es hoy, la autenticidad del sarcófago. De todos modos no es que me preocupen demasiado las cenizas. Me impresiona, y me ayuda mucho más para mi vida espiritual, pasearme por el Foro romano e imaginarme que lo hago cruzándome con Pedro o Pablo. Pienso que miran tan perplejos como yo todo aquello, escuchando en su interior, como también debo escuchar yo, el mandato del Maestro.

Recordaré, sin duda este año, los escritos de Pablo y los leeré de nuevo. No dejaré de mirar el mar de Tarragona, que Pablo miró. Trataré de que mi interior se impregne un poco del paisaje y se me contagie algo de su personalidad.

Hay un aspecto de esta celebración que me preocupa, ya que me parece nadie cae en ello. El otro día se lo decía a mi obispo, sugiriéndole que lo enunciara y propusiese. Como me contestó que lo hiciera yo, consciente de que no tengo categoría, pero que tal vez este comentario, en algún lugar del mundo por donde por diversos canales se desparrama, suscite en alguien un estudio, voy a plantear la cuestión.

¿San Pablo de donde era obispo? La territorialidad de la Iglesia occidental, creo ha sido un corsé útil en algún tiempo, pero que hoy molesta, más que ayuda. Me parece fue Juan-Pablo II el que dijo que era sucesor de Pablo, para justificar su proceder. Pregunta al canto: ¿a la luz de nuestras realidades, de las realidades de la juventud, es efectiva una evangelización basada en la territorialidad?

El mundo bíblico sentía pánico por el mar abierto. Otra cosa era el charquito de Genesaret, allí sí que se sentía a gusto. La otra navegación la dejaba para que los pueblos vecinos la ejerciesen y le proporcionasen los materiales que de otra manera no podía conseguir. Pablo rompe este aparente maleficio y se mueve por el Mediterráneo como pedro por su casa. Nueva consideración: ha aparecido recientemente otro espacio, que no es el físico. Pero que es real. El espacio cibernético. ¿no será necesario moverse por él con valentía, como hizo Pablo por alta mar? Hay gente timorata que dice que por Internet abunda el mal. Recordemos que en el mundo clásico y en el posterior, los mesones disponían de su departamento de prostitución, como un servicio más, y no por ello dejaron de viajar los discípulos (hay que advertir que la hospitalidad cristiana, hoy tan olvidada, pronto suplió la necesidad de estos lugares de reposo). Lo he dicho en más de una ocasión, Internet me permite a mí, hombre viejo de hoy, evangelizar hasta en las mismas antípodas. Y esto no había ocurrido nunca hasta ahora.

No hace mucho asistía a una reunión de pastoral. Llegado al terreno juvenil, insistían mis compañeros que era preciso disponer en el territorio de un curita dedicado a chicos y chicas. Lo curioso del caso es que reconocían la inutilidad de los antiguos círculos de estudio, sin aceptar que los encuentros en chats pudieran ser tan efectivos como aquellos. Las referencias que hace Pablo a que se intercambien sus envíos epistolares ¿no representan un anticipo de estos modernos sistemas de encuentro? Y con la ventaja de que en uno de estos foros no es preciso que se descubra la edad biológica que uno tiene, cuenta sólo la espiritual. Y el discípulo, como el Maestro, puede ser siempre joven.

¿Hay algún lector ilustre a quien le lleguen estos escritos y que se anime a tratar estas ideas con competencia? ¿Surgirá, a partir de esta celebración, una nueva figura innovadora de obispo, como lo fue la de San Pablo, en el Colegio Apostólico?