Iglesia y eclesiásticos

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

 

 

Dos advertencias preliminares, que no responden a lo que se pudiera
esperarse del título. Daba cuenta de la aparición de un DVD de la
Custodia de Tierra Santa editado por el Antoniano. Algunos lectores se
han interesado por él. Pues bien, se retiró la referencia en su web.
Apareció, días después, en la correspondiente a la Custodia, duró
poco. No lo veo anunciado ahora. Mis pesquisas se dirigieron a los
mismos franciscanos. Erré el tiro, tal vez por haber apuntado
demasiado alto. El P. Artemio Vítores, vicario custodial, desde
Jerusalén, me contestó que no comprende el motivo de que no se saque a
la venta. El P. Teodoro López, desde Madrid, me dice que se ha traído
ejemplares para regalar a los obispos españoles. Dos de ellos me han
dicho que no lo han recibido. Constato que soy, como en tantas cosas,
un privilegiado. Ya lo dije: Fra Rafael Dorado, hasta hace poco
superior de Getsemaní, me lo regaló. Continuo recomendándolo para
cuando salga, es un muy buen complemento a la lectura evangélica. Me
lo confirman muchos de aquí y hasta desde la Republica del Congo unas
Misioneras de Xto Jesús o carmelitas descalzas de Burquina Faso.
Vuelvo a decir que no es "género chico". Otra advertencia. Las
celebraciones vaticanas que hasta ahora sólo nos llegaban mediante
transmisión televisiva vía satélite (el EUTELSAT 13E) en lengua
italiana, que exigía instalar la correspondiente antena parabólica y
receptor adecuado, se pueden recibir ahora, vía Internet y en lengua
castellana por CETELMON.

El sábado 1 de Marzo se celebró una reunión-plegaria mundial,
presidida por el Papa. Estaban conectadas sedes de universitarios en
Toledo, Ecuador, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Francia, Bielorrusia,
Nápoles y, por supuesto, el Vaticano. Disfrutaba yo escuchando y
rezando con esta magna asamblea. Eran miles de estudiantes, muchos
sacerdotes, algunos obispos, unos pocos cardenales y el Obispo de
Roma. Jerarquía sí que había, pero no conjunto de clerecía.
Eclesiásticos sí, pero no formaban gremio. No es sutil distinción.

La Jerarquía es como la espina dorsal de la santa Madre Iglesia. Pero
no olvidemos que un cuerpo dotado de perfecta columna vertebral, pero
mal corazón, deficiente sistema circulatorio, alteraciones neuróticas
o desequilibrio hormonal, no es un cuerpo sano. Ocurre además que si
se destaca y pone el acento en un solo aspecto del organismo, se puede
caer en graves errores. Una persona de buen tipo, puede tener un
comportamiento perverso. Al contrario, en un cuerpo deformado por la
enfermedad, puede habitar un espíritu sublime.

Clérigos y eclesiásticos reunidos corporativamente, pueden elevar la
voz, componer manifiestos, declarar convencimientos. Pueden hacerlo
cuando y cuanto quieran, con la libertad que corresponde a todo
quisque. Pero sin tener derecho a declarar que su proceder, sus
opiniones y sus decisiones, son los exclusivos de la Iglesia. Un tal
proceder, cuando se da, perjudica. Me temo que hoy la gente que lea el
periódico, vea la televisión o escuche la radio, tenga información de
manifiestos, declaraciones, condenas o elogios, por parte de
colectivos de la Iglesia, que quieren monopolizar. Me temo que y nada
sepan de este magno encuentro de universitarios. Fue encuentro de
oración, de instrucción, de testimonio, de goce de belleza sonora y
plástica. Riqueza cristiana.

Confieso que estoy dispuesto a dar la vida por la Santa Madre Iglesia,
esposa amada de Jesucristo, pero con la misma sinceridad declaro que,
en reuniones gremiales de eclesiásticos, me siento muy incómodo. En
estos encuentros si que cabe las distinciones los apelativos de
izquierdas o derechas, progresistas o tradicionalistas. A mi me gusta
ser actual y en ágil equilibrio inestable, como corresponde a quien
vive la aventura de la Fe. Advierto siempre que hay una gran
ignorancia y falta de discernimiento a este respecto, de aquí que con
estas actuaciones se desacredite tanto a la Iglesia, considerándola
reducida a uno de tantos grupos de presión.