Evangelizar II

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja    

 

La situación en la que se encontró Pedro Claver, no se repetirá hoy en día. No se repetirá en el aspecto de que alguien pueda imaginar que su interlocutor piensa comérselo. Ahora bien, su indigencia espiritual sí que se repite y con frecuencia. Urge evangelizar, no lo olvidemos y pienso que, entre nosotros, a la ignorancia religiosa, se le añaden engendros con apelativos cristianos, que queremos ignorar y que en nada la favorecen. Me detengo en alguno.
Es preciso suprimir costumbres o espectáculos que estando recubiertos de un barniz cristiano, en realidad, impiden o dificultan la asimilación del mensaje de salvación que aporta el Evangelio. Suprimir es una utopía, pero se pueden ignorar.

Las cabalgatas de los reyes magos que han fluido por las calles de la mayoría de las poblaciones de la Península, no educan la religiosidad infantil. Un día u otro, se enteraran de que les han estado engañando, que aquella ilusión que vivieron, era un fraude, con apariencia cristiana. Albergada en su memoria, quedará una convicción: mis padres me engañaron. Tal vez se refugie en el subconsciente, pero no desaparecerá la huella. Una señora, cuando se enteró, exclamó con ingenuidad: así que los niños no vienen de París, ahora lo de los reyes magos, que no lo son ¿Qué día me diréis que Nuestro Señor no está en la Hostia? ¿por qué no sometemos este asunto al dictamen de los sicólogos?. ¿Se trata de responder a ilusiones infantiles o de satisfacer inmadureces de los adultos?. Recuerdo un chiste. Unos niños se ocultaban bajo la ropa de la cama, mientras los padres amontonaban regalos a sus pies, decían los chavales en voz baja: ¡cuantas cosas debemos aguantar los hijos, para satisfacer las ilusiones de los padres! Otro ejemplo, sacado de muchas representaciones teatrales. Piénsese en diálogos y coreografías. Me dicen, que representan bailes de demonios ¡que horror!. La danza es armonía y amor, lo contrario a la realidad del diablo. Jesús se tomaba muy en serio a satán y estos espectáculos lo banalizan. No estaría mal meditar la cuestión, pensando en el Señor tentado en Getsemaní.

La evangelización exige un total desprendimiento de preferencias personales. Hoy en día, entre nosotros, existen muchas rivalidades entre las “organizaciones organizadas de organismos” tanto las que nacieron de antiguo, como las de nuevo cuño. Quieren con frecuencia, presentarse como exclusivos o los mejores instrumentos de apostolado. La cosa viene de antiguo, Pablo ya habla de ello a los fieles de Corintio. Pero hoy urge despojarse de estas peculiaridades, para dar a conocer a Cristo, no por proselitismo, sino para cumplir con el mandamiento del Señor y proporcionar felicidad a tantos de nuestros conciudadanos que viven hastiados.

No puedo olvidar que, en el terreno de la evangelización, se nos da una oportunidad que hasta hace poco no existía. Me refiero a Internet. Se me ocurrió el otro día, poner mi nombre en el google. Quedé asombrado de la cantidad de sitios donde aparecía, de la gran cantidad de entidades, parroquias, movimientos, publicaciones etc, que se aprovechaban de lo que yo redactaba. Resulta que sin moverme de casa, sin que me pregunte ni edad, ni títulos académicos, se me ha otorgado la posibilidad de evangelizar en todo el mundo.

Y no olvide el lector, de cualquier edad, cultura o condición social, que siempre puede, cuando recibe algo bueno, con las simples maniobras de “seleccionar”, “copiar” y “pegar”, enviar el texto a muchos e-mails que conserva, incorporándose así, a la labor evangelizadora de la Iglesia.