XXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23:
Consejos prácticos y analisis certeros

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Cuando uno se ha entusiasmado leyendo a San Pablo y a San Juan, desde los análisis filosóficos y teológicos de uno, hasta las visiones místicas del otro, al llegar a Santiago, siente una cierta decepción, le parece que lo que lee, es prosa barata. Hay que advertir que esta sensación es precipitada. No ignoraréis, mis queridos jóvenes lectores, que, a veces, se encuentra uno por la vida a gente repleta de ideas sublimes y geniales, que no le falta tampoco deslumbrantes gestos y simpatía a borbotones. A su lado, uno se siente acomplejado. Pero pasa un tiempo y descubre que el tal sujeto, es un egocéntrico perdido y un taimado egoísta. ¿de qué le servirán en el presente y el futuro, sus deslumbrantes cualidades si su historia está carente de Caridad?


No se puede negar que el cristianismo supone una cierta ideología, pero el serlo, el cogollo de su esencia, es una manera determinada de vivir. No olvidéis, que al llegar al encuentro eterno, no nos examinarán de teología, sino de amor. A la luz de esta afirmación segura, el prosaico Santiago acierta cuando aterriza y nos dice que el fiel se distingue por visitar huérfanos y viudas y no mancharse de este mundo. Como quien dice: no malgastes, piensa en tu hermano pobre, que tal vez sea el emigrante que busca trabajo, o en el que a pocas horas de vuelo de donde vives, carece de agua, sal o aceite, escuela, vestido o medicinas. Cosas ellas puro ejemplo, pero que las menciono, porque de ellas vamos nosotros sobrados, en cambio, otros suspiran por poseerlas. No seas malgastador, déjate de ser consumista. Expresiones de este tipo imagino yo que son las que utilizaría.


Yo no sé si os habéis entretenido en analizar algunas religiones de gente que vive próxima a vosotros. Sólo un inciso. Si preguntáis a un musulmán, cuales son los atributos  de Dios, al que llaman muy legítimamente Alá, los 99 que recitan cuando pasan devotamente las cuentas de su rosario, comprobaréis que no dicen ninguna vez: Alá es padre.


Todas las religiones son muy respetables y la mayoría admirables. Son aspiraciones, consejos y normas, para acercarse a Dios. Una mirada hacia arriba, un vector espiritual sentido abajo-arriba, limitado evidentemente por su origen. El cristianismo, en cambio, es dejarse encontrar por Él, dejarse amar y ser consecuente con ello. Se trata de un vector divino sentido arriba-abajo y, dado su origen, la intensidad es infinita.


Para entender los reproches que Jesús hace a aquellas gentes que desprecian a sus discípulos porque no se lavan, hay que tener presente que en aquel tiempo no se tenía conocimiento de de las bacterias, los hongos y los virus. Que el lavado ritual, podía consistir en simple frotarse, sin ninguna pretensión de desinfectarse o limpiarse. Habían introducido unas costumbres, que decían debían cumplirse a rajatabla, olvidándose de lo que era fundamental.


No creáis que la cuestión haya perdido actualidad. Ocurre también hoy, que mucha gente da más importancia a procesiones, bendiciones y ritos, que a la simple generosidad, a la hospitalidad, a la piedad, al amor, sea este humano o se trate de caridad.
Encontraréis por los senderos de la vida, personas que saben muchas cosas, que se condecoran a sí mismos, pero que vomitan odio, envidia hastío y decepción y, al conocerlas, recordaréis lo acertado de las palabras del Señor.