A vueltas con el regalo

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Le dijeron un día:

- Nos has hablado del regalo, nos has explicado historietas a propósito, pero a ti, ¿cual es el regalo que más te ha gustado?

      El Maestro les respondió:

      - Más de uno, y es extraño que no os hayáis dado cuenta. Pero el regalo expresivo por excelencia, para una persona formada, es una flor. Es como decir a quien la recibe que es bonita como la forma y las tonalidades de la corola, atractiva y agradable como el perfume que exhala, viva como lo es por definición todo vegetal vivo(nada hay más aberrante que regalar una flor de plástico). Una flor es generosidad pura, sin ningún provecho utilitario.

      Lo mismo se puede decir de las cosas que pueden salir de una flor. ¿No os acordáis la alegría que tuve cuando me perfumaron los pies o me ungieron la frente con rica esencia de nardo?

      Lo mismo se puede decir de un recipiente de pétalos aromáticos, que puedes oler mientras observas la fotografía de una persona amada, o piensas en tu héroe o en tu Santo a quien querrías parecerte.

      Un ramo de flores secas puede ser también símbolo de la perennidad de un amor. Se pueden decir tantas cosas bonitas con las flores, con los lirios del campo, que ni Salomón fue capaz de vestirse con su elegancia...

      Pero, a veces, estos lenguajes no son aptos para todos, o en cualquier momento. Acordaos del joven de dieciséis años del ejemplo que os explicaba, muchos de los regalos que le ofrecieron eran del todo oportunos... y no eran flores.