El sol

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

 “La gente egoísta siempre sale perdiendo, aunque parezca lo contrario” - decía el Señor un día.

Había una mujer que siempre, siempre, procuraba para sí misma de manera que nunca, nunca, hacía por propia iniciativa un favor a otros. Poco a poco fue perdiendo amigos y  amigas y, sintiéndose sola, encontró refugio a su pesar tomando el sol para complacerse a sí misma. Consiguió volverse morena y fue la envidia de la vecindad.

En su interior pensaba: todos me han dejado excepto el Sol, este sí que me hace compañía; este sí que me complace y tuesta mi piel, siempre acude cuando me tiendo en la arena, él sí que es un buen amigo.

Pero no, el sol no fue buen amigo de la mujer que solo pensaba en sí misma. Tan morena se volvió, tanto le tocó el sol, que un día sintió molestias en la piel y el dermatólogo le diagnosticó un epitelioma, un cáncer de piel.