Las plantas de las ventanas

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Los amigos discutían sobre si la elegancia era virtud o simple vanidad. Como se trataba de chicos, veían la elegancia como una cosa propia de mujeres.

El Señor intervino diciéndoles:

- La elegancia ha de ser como los tiestos con plantas y flores que una mujer puso en la ventana de su casa. Nadie sabe de quién son, en realidad son puro adorno, belleza, para satisfacer al viandante. Si no estuvieran, las calles serían grises, monótonas, aburridas.

Hay que ser elegante no para llamar la atención, sino para alegrar a los demás.

Cosa diferente es la persona vanidosa, que pretende únicamente que se fijen en ella. Su elegancia es como la de las flores de plástico que un constructor puso en las ventanas de  una casa para así venderla más deprisa sin otro interés que el de hacer negocio. Esta elegancia está llena de vaciedad y engaño.