El lanzamiento de un satélite

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Todo el mundo hablaba del éxito del lanzamiento de un satélite. Se explicaban detalles de su estructura y de su complejidad, de las innumerables operaciones que se debían cumplir hasta que se daba la orden de despegue, se desprendían los soportes y el satélite empezaba a subir. Proyectado por los técnicos, resultaba que, los cálculos de la situación terrestre, del tipo de nubes que podían cubrir la estación de lanzamiento, del nivel de carburante que debía llenar los tanques, de la presión del aire de las cabinas, etc., requerían tantas operaciones y tan complejas, debido a la multitud de parámetros que se manejaban, que  hacían imposible un control exclusivamente humano. Una vez dada la orden eran las computadoras las que gestionaban el proceso. El hombre hacía máquinas y les confiaba los momentos más críticos de sus intentos. Se humillaba y, gracias a esta actitud servil, el lanzamiento podía tener éxito.

El Señor escuchaba con atención y añadió despues de que hubieran hablado:

-Hay que confiar en las máquinas... El hombre encarga la dirección de un proyecto al ordenador de turno, para evitar errores y no precipitarse. Las máquinas son implacables, no admiten interrupciones ni sugerencias. Pienso ahora en cuán insensato es el hombre que confía en ellas y no confía en mi Padre. Él que encarga al Espíritu la conducción suave de la vida. La máquina es reservada, insensible, tirana. Mi Espíritu es amor, comunicación, atención delicada, ternura...

Sois mejores que un satélite y por eso mi Padre se preocupa y procura por vosotros. No dudéis, no os pido otra cosa que fidelidad y docilidad amorosa. El respeto que mi Padre tiene por vuestra original libertad es la correspondencia a esta actitud que yo os pido a vosotros.

Y el Maestro quedó en silencio mirando al cielo, quién sabe si fijando su mirada en su Padre o tratando de calcular por dónde orbitaría el satélite.