El algibe de agua limpia

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

-Si tienes un depósito con agua clara limpia transparente y lo tienes que vaciar, no tires el agua por cualquier sitio. Si la tiras a una cloaca, no sacarás ningún provecho; si va a parar a un camino tal vez lo llene de barro, que ensuciará los zapatos de los caminantes; si tiras el agua por la ventana, puedes mojar al que 'pasa por tu casa. Tú que conoces el valor del agua limpia, la aprovecharás para regar las plantas, las flores de tu jardín o el árbol que te da sombra.

Pues si tú, que conoces el valor del agua limpia, no la quieres perder sin que aproveche para algo útil, has de obrar del mismo modo respecto a tus cualidades. No las pierdas yendo de aquí para allá, charlando con unos, observando a otros, bailando y riendo sin tino, con quien te encuentres por azar o, peor aún, caminando al lado del que contigo se ha encontrado, sin dirigirle la palabra. En tu interior hay una gran riqueza, como en la cisterna de agua clara, que no puedes despreciar. Sé consciente y que tus cualidades, sean las que sean, aprovechen para el Reino.

Todo esto lo decía el Señor en voz suficientemente alta, para que todos pudiesen escucharlo, a una chica llena de vitalidad, un manojo de alegría y una hoguera de sonrisas. Había sido un poco la flor en medio de un prado en un día en que todos se aburrían amodorrados por el bochorno. Pero prosiguió:

-Reconocer las propias cualidades no es vanidad; vivir como si no se tuviese ninguna, es pura falta de responsabilidad. La chiquilla atractiva, el chaval espabilado, el hombre prudente, la mujer delicada, todos, todos, poseen algo capaz de enriquecer el mundo un poco. La flor es bonita, pero es ciega, y nadie la condenará porque no haya dirigido sus bellas formas y colores hacia la senda por donde pasa el peregrino, pero el hombre sí que será juzgado con severidad, si sus  buenas cualidades se pierden, al esparcirlas sin sentido y sin ser provechosas para nadie.

Niña preciosa, estás llena de vida y de encanto, marcha alegre y satisfecha, alegra todo lo que encuentres, lo que en cualquier momento te rodee, tal vez de aquí a unos cuantos años deberás tomar otras decisiones. Ahora es suficiente con que con tu sonrisa alegres a algún anciano solitario y triste, a alguna persona deprimida, a algún joven desorientado, a alguna chica hundida por un fracaso sentimental. Chiquilla bonita, no te olvides que eres encantadora de cara y de cuerpo, pero que además lo eres de espíritu, y es esta belleza la que con mas interés debes conservar.