La chivirita

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Al Señor le gustaba mucho hablar de la esperanza. Reconocía lo difícil que es poseer esta virtud y cómo cambiaba la propia vida cuando uno se dejaba conducir por una tal guía… le gustaban tanto los hombres esperanzados... Un día dijo:

- La esperanza no es como aquellas flores, las carlinas, de los prados de alta montaña, estas flores son macizas y robustas, rodeadas de espinas, firmemente ancladas en el suelo. A mí me parece que si de algo son símbolo estas flores, es del fanatismo. Me gustan más las diminutas margaritas, las que surgen por entre la hierba de los prados, o las humildes violetas de los rincones del bosque, o las vergonzosas gencianas de las cimas, todas aquellas flores que nadie sabe de dónde han salido, que a nadie hacen daño, que gustan a todos, que a nadie pinchan, que no son ni llamativas, ni rompen el paisaje, pero que sin ellas, el suelo seria una alfombra monótona y triste. Las sencillas flores, las frágiles flores de las praderas, son como la esperanza humana. Vuestro ensueño, amigos míos, reaviva a la misma vida, ojalá cada uno de vosotros fuese una humilde chivirita, en este aburrido mundo en que a veces nos toca vivir. Con toda seguridad el mundo cambiaría. Amad la esperanza, pero no olvidéis que es una virtud frágil, delicada y tierna.