La resonancia magnética

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Comentaban con el Señor las incidencias de una reunión, asamblea, sínodo o no se sabe muy bien cómo llamarlo, pues hoy en día suenan nombres rimbombantes para cualquier encuentro. Se entretenían con una cierta indiferencia. Se acordaban de la frase repetida muchas veces: al fin de los tiempos, cuando vuelva el Señor, tal vez no encuentre a los hombres unidos, pero con seguridad los encontrará reunidos.

Alguien dijo:

-Analizar el encuentro es tener una buena radiografía de la actualidad eclesial.

Como el que lo había dicho era un buen estudiante de medicina, el Señor se volvió hacia él y le dijo:

-Pero tú bien sabes a veces lo que se le oculta a los rayos X, es capaz de descubrirlo una resonancia magnética.

El joven aceptó el envite con una sonrisa y el Maestro continuó:

-No se trata de mejorar las estructuras, de organizar mejor las responsabilidades, de distribuir adecuadamente los centros de actuación pastoral. Todas esas cosas son propias de los ejecutivos organizadores. No os metáis con ellos. Si queréis penetrar en el meollo es suficiente con que habiendo huido de la mediocridad, tengáis fe, esperanza y caridad. Con una buena dosis de convencimiento y esperanza, tendréis bastante. Pienso que son estas cosas tan sencillas las que les faltan a los tantas veces reunidos y que son indetectables por las encuestas, los análisis y las dinámicas de grupo.

Mi primer equipo, aquel puñadito de ignorantes pescadores con algún joven inquieto entremedio, sabía muy pocas cosas de dinámica de grupos. Pero tenían entusiasmo hasta la muerte, y nunca tan bien dicho. Una iglesia que no acepte la posibilidad del martirio, una iglesia donde este testimonio no se dé, es una iglesia que va de capa caída.

Las finas terminaciones nerviosas no se pueden captar con los rayos X, pero una resonancia magnética sí que es capaz de verlas. Más que estudios sociológicos, más que campañas de marketing, más que cualificados estudios, lo que es necesario saber es si hay un servicio a los más pobres, una atención a los pequeños, una preocupación por los disminuidos. Si estos mis más amados están ausentes de las reuniones, podéis estar seguros de que hay una gran decadencia espiritual.