El título de piloto

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Volaba una avioneta haciendo piruetas, evoluciones un poco arriesgadas y vuelos de observación casi rasantes. Todo esto lo veían sobre sus cabezas con una cierta intriga.

-Están fotografiando - opinó uno.

-Yo creo que se trata de un piloto haciendo prácticas -  afirmó otro.

El Señor intervino entonces:

-La fe es como el título de piloto, no es suficiente con tenerla hay que mantenerla. Si   preguntáis sobre los vuelos a alguno de estos pilotos os dirá que deben volar cada año un determinado número de horas si no quieren que les retiren su permiso. Si no son propietarios de un avión tendrán que alquilarlo, si no tienen dinero para hacerlo deberán pedir un préstamo, se han de espabilar...

 ¿Por qué no han de hacer lo mismo los que tienen fe? Hay gente que cree que la gracia como los galones, los galardones y las condecoraciones sirven solo para lucirlos, están del todo equivocados. Así que estos, el día que quieren intervenir lo echan todo a perder y hasta perjudican las intervenciones de los otros. No se puede ser creyente “free lance”. Todo creyente debe enrolarse en su iglesia, como todo político afiliarse a su partido. Los éxitos son fruto del trabajo constante y acción de equipo, nunca de actuaciones solitarias y esporádicas. En mi proyecto no hay lugar para autónomos Hay que ser disciplinados.

Los compañeros entendieron enseguida por qué decía esto. Mientras trabajaban y casi a punto de culminar una empresa largamente preparada, se metió en medio un antiguo compañero con sus iniciativas y sus técnicas, cargado de buena fe, no hay que negarlo, pero totalmente extemporáneo en sus ocurrencias. Actuaba con la seguridad que le daba su veteranía e infundía el respeto que suscitaba su antigüedad, pero sin darse cuenta de que los tiempos habían cambiado, que se trataba de proyectos nuevos y que había que respetarlos. En consecuencia la eficacia había disminuido y cuando acabó “hizo mutis por el foro” irresponsablemente, dejando al equipo solo, que no supo como continuar ni a que atenerse en sus proyectos.