El reloj de péndulo

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

Para que entendieran los discípulos lo que representaba el esfuerzo de voluntad y lo que era la gracia. Lo que era la mente, la imaginación y su dominio y la necesidad de la piedad y la oración, les dijo un día:

-El hombre es como un vetusto reloj de aquellos antiguos que para que funcione hay que darle cuerda. El propietario sabe que debe dar vueltas a la llave y que sus ejes elevaran las  pesas. Debe dar cuerda a la maquinaria y a la sonería, pero no se acaba aquí la cosa, para que funcione se debe dar un pequeño impuso al péndulo. Si no obrara así, toda la maquina estaría en tensión, los martillitos a punto de golpear las campanas, pero el conjunto permanecería en reposo. El sencillo toque que inicia el movimiento pendular, es decisivo.

Así pasa en la persona: querer obrar es lo primero, prepararse con ilusión, es lo segundo, pero dejarse tocar por la mano de mi Padre es lo más importante.

Tratar de mover el péndulo de un reloj al que no se le ha dado cuerda, es cosa inútil. Aquel que cree que todo le llegará de lo alto, sin poner de su parte esfuerzo alguno va totalmente errado