La orquesta que toca a su aire

Autor: Padre Pedrojosé Ynaraja

Libro: Si el Señor volviera tal vez...

 

 

El concierto que transmitían desde Viena siempre suscitaba comentarios sobre la música y los ballets selectos que lo adornaban. Era un espectáculo agradable para todos, el oído se complacía y la vista también.

Ya se sabe que al Maestro, si una cosa era buena y resultaba capaz de llegar a todo el mundo, si no era exclusiva de gente iniciada, rebosaba felicidad hasta por el cinturón. En esta ocasión había encontrado una enseñanza que podía extraerla de lo que contemplaban  y de aquí que les dijese:

- Cuando veía al director con los brazos caídos, que dejaba a la orquesta que tocase sin ningún imperativo suyo, sin mover la batuta y no obstante la ejecución era perfecta, estaba pensando en mi Padre. Parece que Él a veces deja ir al mundo a su aire, alguien cree incluso que lo abandona, pero no es así. Cuando hay santos que cumplen la voluntad celestial y a su alrededor todos siguen sus huellas, mi Padre lo observa complacido, como lo hacía este director con la orquesta. Y entonces resulta que la historia del mundo, es historia del mundo y de mi Padre, y esta identificación resulta ser el mejor espectáculo de bondad y libertad que uno pueda experimentar.