Verano: Camino libre para el Diablo

Autor: Lucrecia Rego de Planas

 

 

¿Y los apóstoles, encargados de la defensa y resguardo de la fe? Están de vacaciones... regresan en Septiembre.


Verano: Camino libre para el Diablo
Me asustan estas fechas.
En cuanto se acerca el final de Junio todos empiezan a despedirse. Las noticias que nos mandan de muchas parroquias y de la gran mayoría de las obras apostólicas de la Iglesia son iguales:

Llegamos al final del Curso de ...
Se entregarán los diplomas de...
Cena de clausura por...
Reanudamos actividades en Septiembre

Y así, cientos de miles de católicos comprometidos, que a lo largo del curso escolar se desgastan cada día por Jesucristo y su Iglesia, al llegar el mes de Junio, cierran las puertas del apostolado en el que trabajan y se van... para regresar a sus actividades en Septiembre.

Está muy bien tener unos días de descanso, pero... ¿tres meses?

Tres larguísimos meses, la cuarta parte del año, en los que las actividades eclesiales se reducen a su mínima expresión, dejando prácticamente solos a los párrocos celebrando las misas en las iglesias.

Adiós a la pastoral familiar, adiós a la pastoral juvenil, adiós a la defensa de la vida, adiós a la catequesis... hasta Septiembre.

Claro, si el demonio no existiera... no habría mucho problema con eso de trabajar solamente el 75% del año.

Pero... el demonio sí existe y aprovecha especialmente estas fechas, en las cuales todos los católicos están descansando, distraídos en otras cosas, para avanzar en su camino de mentira y destrucción.

El demonio trabaja cada día sin falta... durante todo el año y le dejamos, durante tres largos meses, el campo libre para que actúe a su antojo sobre las almas.

Me imagino un campo de batalla en el que los soldados defienden su territorio durante nueve meses y de repente, al llegar Junio, guardan sus armas, levantan sus campamentos, abandonan las trincheras y dejan el campo libre al enemigo invasor. ¿De qué sirvió defenderlo durante tanto tiempo y con tanto esfuerzo, si de pronto abandonaremos nuestros puestos? El enemigo avanzará y nos hará perder todo el terreno que hayamos ganado durante el año.

Es cierto que el descanso es necesario, es cierto que hay muchos católicos que viven unas santas vacaciones en compañía de su familia. Pero... ¿en dónde queda el trabajo apostólico de la Iglesia durante los meses de verano?

El problema no es el descanso ni los que se van de vacaciones. El problema es el vacío que queda en la Iglesia cuando los apóstoles (casi todos los laicos y muchos sacerdotes) cierran las puertas de sus apostolados y se olvidan de ellos durante toda la temporada.

En estas fechas... el demonio, el mundo y la carne unen sus fuerzas: las sectas trabajan de manera virulenta sabiendo que no hay actividades en las iglesias; el materialismo y el hedonismo se adueñan de muchísimos jóvenes; el consumismo y la pereza atacan a familias enteras; la lujuria e infidelidad abrazan a los hombres que se quedan solos durante el verano, mientras su esposa e hijos visitan a los abuelos.

¿Y los apóstoles, a quienes Dios ha escogido para ser encargados del anuncio, la defensa y resguardo de la fe?

¿Ellos? Están de vacaciones... regresan en Septiembre.

Es un problema que veo que se repite año con año: los apostolados cierran sus puertas y el demonio avanza mientras los católicos descansan. Pero... sinceramente no se me ocurren demasiadas cosas qué proponer.

Por eso decidí escribir este mensaje... para pedir a todos ustedes que nos compartan sus comentarios y opiniones en el Foro de discusión que hemos abierto para ello, haciendo click aquí. Juntos podremos resolverlo mucho mejor.

Que Dios los llene de bendiciones.