La orquesta de Dios

Autor: Luis Fernando Pérez

 

Hermanos, si Cristo es el verdadero liberador e impulsor del Reino de Dios en la tierra, la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, no puede ser ajena a dicha tarea. Si ella es la plenitud de Cristo y la columna y baluarte de la verdad, no puede desentenderse de la transformación del mundo hacia un modelo próximo al ideal de dicho Reino de Dios. Ya sabemos que hasta la Parousía seguirá existiendo el mal, el pecado, las desigualdades y muchas otras cosas provocadas por el hombre. Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados mirando al cielo sin hacer todo lo posible para hacer de este mundo un lugar más justo, más misericordioso, más cristiano. Y cuanto peor estén las cosas, con más énfasis debemos trabajar por el Reino de Dios. Está muy bien sentarse a leer la Biblia bajo un roble, pero sospecho que a Dios le agrada más cuando damos de comer al hambriento y de beber al sediento. Así son las vidas de los santos. Biblia vivida, no solamente leída. 
Como dijo San Francisco de Sales, "la diferencia entre la Biblia y las vidas de los santos es la misma que hay entre una partitura de música y esa obra musical tocada por la mejor orquesta del mundo" 
Seamos, pues, arpas, violines, trombones y trompetas de la partitura que Dios ha escrito para la salvación del mundo.