Navidad

Autora: Noris Capín

Sitio Web:  ¡Mujer, levántate!,

Autora del libro: ¡Mujer, levántate!  

 

Bartolome Murillo The Holy Family  circa 1660-70 Stretched Canvas Print 

“María tendrá un hijo, y le pondrá

 por nombre Jesús.  Se llamará así

 porque salvará a  su pueblo de sus

 pecados.”

                                            Mateo 1:21

           

Otro año ha pasado, trescientos sesenta y cinco días han

transcurrido.  Apenas nos hemos dado cuenta del correr

del tiempo; y de pronto, nos encontramos con el nuevo

año encima.

 

Como la ola marina que viene y va, así pasan las horas

y los minutos que siguen de largo, como desafiando el

tic-tac del reloj que acontece el ritmo del tiempo.

 

Muchas situaciones han pasado inadvertidas durante este

año; otras, han dejado un rastro de tristeza en nuestra alma.

Huellas profundas tratan de esconderse tras una sonrisa, y

muchas lágrimas se enjugan en nuestro diario vivir.

 

Nos preguntamos: ¿estamos realmente sintonizados con

el paso del tiempo?,  ¿nos encontramos muy ocupados

tratando de huir de la tempestad y el viento?

 

Todo cambia, todo luce distinto, ¡hasta nosotros mismos

nos transformamos!, porque en el transcurso del año,

guardamos la nostalgia celosamente en el baúl de la vida;

y  sigilosamente, durante ese tiempo, la tristeza trata de

salir a relucir su descontento.

 

Sin darnos cuenta, nos percatamos que las celebraciones

navideñas están a la vuelta de la esquina.  Las luces, los

adornos, la lista de los regalos y las compras parecen

tomar prioridad sobre el verdadero sentido de las

tradicionales fiestas.

 

Los padres, los hermanos, los amigos se encuentran en la

lejanía.  La ausencia del abrazo desentona la disfrazada

alegría.  Algo nos falta:  la música, los dichos picarescos,

y definitivamente, se extrañan los villancicos del barrio. 

 

Sin embargo, durante este tiempo de melancolía, debemos

procurar ser entusiastas, para disfrutar nuestra vida “ahora.”

Gozar de nuestras tradiciones “aquí”, es compartir con las

familias adoptivas que hemos hecho en el destierro.

 

Evitemos que la nostalgia tome posesión del ánimo durante

las fiestas, para que el sabor de lo nuestro no se extinga,

a pesar de la distancia y que la carencia de no estar “allá”,

no turbe el gozo inigualable de estar “aquí”.

 

Dios en Su infinita misericordia, nos colocó en este bello

país, para que estemos alegres y agradecidos por lo que

tenemos “hoy.”  Para que siempre exista el gozo de saber

que Jesucristo, es la verdadera razón de la Navidad.

 

Autora del libro:

¡Mujer, levántate!

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