San Mateo 10, 7-13:
“Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella”Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. POR EL
CAMINO, PROCLAMEN QUE EL REINO DE LOS CIELOS ESTÁ CERCA
Jesús envió a sus doce apóstoles, diciéndoles: Por el camino, proclamen
que el Reino de los Cielos está cerca. El tema de la predicación que han de
llevar a esas gentes es que se acerca el reino de los cielos. Es la misma frase
temática con la que el Bautista preparaba la venida del Mesías (3:2), y la que
se pone en boca del mismo Jesús (Mateo 4:17).
2. SANEN A LOS ENFERMOS, RESUCITEN A LOS MUERTOS
Dice Jesús: Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a
los leprosos, expulsen a los demonios. Es decir, les da el poder de expulsar a
los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia. Ello habla de
la grandeza de Cristo y de la llegada del Reino (san Mateo 12:28).
Por otra parte, el poder sobre los demonios, enemigos del reino de Dios y el
poder sobre toda enfermedad, acusa un mismo poder de origen y finalidad. Puesto
que también las enfermedades son una consecuencia del pecado y del reinado de
Satán, como san Mateo mismo enseña al ver en la obra de Jesús de expulsar
demonios y curar enfermedades. Al dotar Jesús así a los apóstoles de este poder
en su misión, predicando la llegada del reino, le entregaba credenciales
infalibles de lo que enseñaban, al ver que en ellos estaba la mano de Dios, y
que, si Dios no estuviese con ellos, no podían realizarlo. Pero también, al ver
el cumplimiento específico de tales milagros, que se recordase el vaticinio
profetice sobre los días mesiánicos, en diversos pasajes alusivos, y con ello,
que los recibiesen como embajadores del Mesías.
3. USTEDES HAN RECIBIDO GRATUITAMENTE, DEN TAMBIÉN GRATUITAMENTE
Dice el Señor: Ustedes han recibido gratuitamente, den también
gratuitamente, en efecto hemos recibido gratuitamente, de gracia, la salvación
del Señor, ¿y que meritos hemos hecho de nuestra parte? ¿Qué estamos haciendo o
qué nos proponemos hacer para anunciar a los demás el mensaje de amor que hemos
recibido?
Hemos sido elegidos por Cristo, quien nos llamo a la fe, nos dio su mensaje
evangélico, somos depositarios de el, y somos apóstoles con la misión de
transmitirlo al mundo.
Y no lo hemos recibido para guardarlo para nosotros, es para compartirlo con
todos los demás, porque todos estamos llamados a la salvación. Es así, hemos
sido destinados a difundir el Reino de los Cielos, esa es nuestra misión, somos
misioneros porque la misión es la forma concreta de manifestarle a Dios nuestro
reconocimiento por haber sido llamados a ser en el mundo testigos de su amor.
Pero no basta dar gratuitamente lo que hemos recibido de igual forma, debemos
darlo con cariño, con generosidad, con entrega total, a manos llenas, sin
regateos, con todo el corazón, esta claro, con las cosas de Dios no podemos ser
mezquinos.
4. LOS APÓSTOLES, SOMOS TODOS LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA
Los apóstoles, somos todos los miembros de la Iglesia, obispos,
sacerdotes, religiosos y laicos, aunque lo hagamos en distintos frentes y de
diferentes maneras, todos estamos encargados por Jesús a proclamar su Reino,
apostolado es toda actividad efectuada por los cristianos que tiende a propagar
el Reino de Cristo en el mundo y Jesús es la fuente y el origen del apostolado
de la Iglesia, y la eficacia y la fecundidad de nuestra tarea depende
fundamentalmente de nuestra unión con Cristo.
5. NO LLEVEN ENCIMA ORO NI PLATA, NI MONEDAS
Jesús les recomienda después la pobreza. El espíritu de pobreza con que
se deben conducir. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, No deben, pues,
llevar monedas de ningún tipo. En aquellos tiempos, se guardaba usualmente el
dinero en los pliegues de su cinto o en un pequeño bolsillo anejo al mismo. Y
hasta lo hacían en un pequeño escondrijo de su túnica o de su turbante. Dice que
tampoco deben llevar un saco de viaje para su camino, por eso les dice: ni
provisiones para el camino, Tampoco debían llevar duplicidad de vestidos: ni dos
túnicas, ni calzado, ni bastón. De los escritos rabínicos se desprende que los
judíos tenían la costumbre de vestir dos túnicas (Lc 3:11), y de las mujeres se
cita que usaban tres, cinco y hasta siete. No deben llevar calzado (san Mateo),
sandalias (san Marcos). Esto acentúa la nota de austeridad. Ni bastón, que era
un vulgar palo cogido para apoyarse o defenderse.
6. ¿LES FALTÓ ALGUNA COSA?
El pensamiento de Jesús no es que se prescinda de todo esto que se
enumera, sino que con ello se acusa el espíritu que ha de informar a los
misioneros. No deben tener apego a lo que no sea necesario. El mismo les dice en
otra ocasión: Cuando los envié sin bolsa, sin alforjas, sin calzado, ¿les faltó
alguna cosa? Nada, dijeron ellos. Y les añadió: Pues ahora el que tenga bolsa,
tómela, e igualmente la alforja, y el que no la tenga, venda su manto y compre
una espada (Lc 22:35-36). Es, pues, el espíritu de pobreza lo que arriba se
recomienda a los apóstoles y no precisamente la materialidad de su ejercicio, lo
que normalmente sería estar, por temeridad, al margen mismo de la providencia de
Dios.
7. BUSQUEN A ALGUNA PERSONA RESPETABLE Y PERMANEZCAN EN SU CASA
Y han de ir así, porque el que trabaja merece su sustento. A su trabajo
le es justo un salario conveniente en justicia, dirá Lucas (1 Tim 5:17ss; 1 Cor
9:7-14). Así se pueden entregar de lleno al apostolado. Es la recomendación que
Jesús mismo hace a los setenta y dos discípulos en su misión Palestina. Después
de haber buscado alojamiento digno, les dice: Cuando entren en una ciudad o en
un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el
momento de partir. Es decir, permanezcan en esa casa y coman y beban los que les
sirvan, porque el obrero es digno de su salario (Lc 10:7). Dios sabe proveer por
los medios de su Providencia, incluidos los recursos humanos.
8. SALÚDENLA INVOCANDO LA PAZ SOBRE ELLA
Dice el Señor: Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre
ella. El apóstol que no trae la paz, no puede ser considerado como apóstol de
Cristo, así es, el que no predica la paz, el que no construye la paz, el que no
ofrece la paz, no puede presentarse como apóstol, en efecto no basta desear la
paz, es preciso procurarla, poniendo todo lo que sea necesario de nuestra parte.
Jesús en la Ultima Cena les dijo a los apóstoles: La paz les dejo, mi paz les
doy. Y luego: Les he dicho esto para que tengan paz en mí. Cuando se aparece a
los discípulos después de la Resurrección les dice: La paz sea con Ustedes,
porque la paz es uno de los dones más profundos que nos regalo Jesús.
Pero para poder transmitir la paz, es necesario tenerla en nuestro corazón. Y
para ello es necesario estar cerca de Dios, porque la paz es un Don del Espíritu
Santo.
La paz del Señor sea en su alma