San Juan 20, 1-1. 11-18:
“¿Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. MARÍA
MAGDALENA
María la llamaban Magdalena porque venía de un pueblecito de Galilea
llamado Magdala. Ella ha sido identificada como una mujer pecadora según el
Evangelio de Lucas (Lc-8,2) y (Lc 7,36-50), pero el mismo Lucas relata que Jesús
le hizo saber que sus pecados fueron perdonados.
Es muy importante destacar, que ella acompaño a Jesús, lo atendió, lo escucho,
le llegó al corazón y el mismo Jesús se enterneció con María Magdalena. Ella
estuvo como testigo en la crucifixión y según este Evangelio es la única mujer
que se acerca a la tumba donde sepultaron a Jesús. Luego ella fue la primera en
conocer la noticia de la resurrección, y recibió de Jesús resucitado el encargo
para anunciar a los apóstoles su resurrección.
2. MUJER, ¿POR QUÉ LLORAS? ¿A QUIÉN BUSCAS?
Jesús le preguntó: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?. En efecto,
si ella se hubiese dado cuanta que el Señor había resucitado, no es para llorar,
al contrario es para estar alegres. Pero al parecer, aún no comprendía el suceso
de la resurrección. María Magdalena, pensando que era el cuidador del huerto,
respondió: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a
buscarlo. Así María Magdalena nos muestra el gran amor por Jesús, no esta
dispuesta a perderlo y si esta para buscarlo donde sea.
3. EL PUEDE ESTAR OCULTO EN UNA PERSONA HUMILDE
Podemos recoger muchas enseñanzas de María Magdalena, si ella fue
pecadora, por el arrepentimiento recibió el perdón de Jesús, y todo los
pecadores podemos tener fe en que Jesús nos perdona si nos arrepentimos, que si
hemos sido perdonados y hemos confesado con dolor y sinceridad nuestra faltas
recuperamos la gracia y la amistad con Jesús, aún más, si hemos recibido la
gracias podemos conocer la resurrección. También aprendemos en este Evangelio,
que si creemos que hemos perdido a Jesús y lo buscamos lo encontraremos junto a
nosotros, como también tenemos que reconocer que el puede estar oculto en una
persona humilde, como en el caso del cuidador del huerto.
4. SE HABÍA QUEDADO LLORANDO JUNTO AL SEPULCRO DE JESÚS
La aparición de Cristo resucitado a Magdalena nos deja una sensación
muy profunda, a la partida de Pedro y Juan, Magdalena se queda allí, junto al
sepulcro, llorando la desaparición del cuerpo del Señor. Entonces se asoma al
sepulcro, como poco antes lo había hecho Juan y vio dos ángeles vestidos de
blanco. Estos ángeles aparecen aquí sentados a la cabecera y otro a los pies del
lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. A la pregunta que le hacen por
su llanto, ella, sin inmutarse y del modo más natural, según la narración
literaria, responde que por no saber dónde han puesto el cuerpo de su Señor. Al
llegar a esta parte del diálogo, Magdalena se vuelve y ve a Jesús, que estaba
allí como una persona cualquiera. Aunque Cristo no se le muestra en forma de
hortelano, ella pensó, al verle allí, que fuese el encargado de aquel huerto. Su
obsesión y su llanto se dirigen a El al punto, para hacerle participante de su
inquietud y de su solicitud por ir a buscarle. No deja de ser extraña esta
psicología, pero refleja el carácter, obsesivo é impetuoso, de esta impresión y
deducción al ver corrida la piedra del sepulcro
5. ¡MARÍA!,.. ¡RABBONÍ
Este es el momento de la gran aparición de Cristo. Sólo pronunció una
palabra: ¡María! Pero en ella iba el acento y ternura inconfundibles de su voz.
Y ella le dijo en hebreo, que es el arameo: ¡Rabboní!, que quiere decir:
Maestro. Este detalle de la conservación aramaica de la expresión que se traduce
puede ser un cierto índice de respeto de la escena, en el sentido que Magdalena
también volcó en él su amor con esta palabra, porque normalmente se usaba
“rabí,” como lo hace en los otros pasajes el mismo san Juan, pero dicho de esta
manera Rabboni, es como decir Maestro mío.
6. AÚN NO HE SUBIDO AL PADRE
Al pronunciar esta palabra, Magdalena se postró, se abalanzó a tierra y
abrazó los pies de Cristo. Pero es cuando El le dijo la célebre frase “¡Poli me
tanguee!,” que dio lugar a tan diversas interpretaciones, porque se traduce No
me retengas más, y la causa que da para esto es porque aún no he subido al
Padre.
¿Qué relación hay entre este no Retener a Cristo, de María abrazada y acaso
besando sus pies, y el no haber subido aún al Padre? Esta subida de Cristo es
ciertamente la ascensión. Pero, evidentemente, la ascensión de Cristo no va a
ser el motivo para que no se le pueda retener. La frase es demasiado densa y
apretada. Porque aún no ha subido Cristo oficialmente al Padre; pero, teniendo
ya una vida gloriosa y nueva, es por lo que ya no se pueden tener con El las
relaciones del mismo modo que antes; la vida humana no puede tener con el cuerpo
y vida gloriosa de Cristo un trato, aunque espiritual, igual al que
anteriormente tenía (1 Cor 15:50ss).
7. MAGDALENA NO DEBE RETENER A CRISTO
Magdalena no debe retener a Cristo así, porque ha de llevar un mensaje
a los apóstoles. Por eso la estructura de este pasaje parece que debería ser el
motivo inmediato de abandonar Magdalena los pies de Cristo es el tener que
llevar un mensaje a los apóstoles inmediatamente. Y esto no consiste sólo en
anunciarles la resurrección de Cristo, sino también en anunciarle su próxima
subida al Padre. Con ello alentaba a los apóstoles, al hacerles ver que, aunque
iba a dejar pronto la tierra, aún no los había dejado. Era el anuncio implícito
de los cuarenta días en que se les manifestaría antes de la ascensión. Pero su
subida oficial, definitiva, iba a ser pronto, como les dijo en el Sermón de la
Cena, para la gran misión del Espíritu Santo, del Padre y de El mismo, en una
forma tan real como mística.
8. SUBO A MI PADRE Y PADRE DE USTEDES
Luego Jesús dice Subo a mi Padre y Padre de ustedes; a mi Dios y Dios
de ustedes, pareciendo señalar yo soy su hijo verdadero, y ustedes sus hijos
adoptivos pero también son sus hijos y hacerles saber que uno mismo es el Dios y
Padre de El y de ellos. A esto mismo parece llevar la fórmula en la que Cristo
da el encargo a Magdalena: Ve a decir a mis hermanos.
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que
él le había dicho esas palabras.
Este mensaje es completamente diferente del que aparece en los sinópticos. En
éstos, es el aviso para su ida a Galilea. En el triunfo de su resurrección, san
Juan pone en boca de Cristo la rúbrica igualmente triunfal del tema de su
evangelio: ¡era lo que anunció el Hijo de Dios! Por eso sube triunfalmente a
Dios, su Padre, por cuya revelación murió.
Los sinópticos recogen una parte que san Juan omite: los apóstoles no creyeron
este mensaje que Magdalena y otras mujeres les transmitían, de haber visto al
Señor resucitado, y la comunicación que para ellos tenían.
9. SÓLO SE APARECIÓ JUNTO AL SEPULCRO A MAGDALENA?
Esta aparición de Cristo a Magdalena, ¿es la misma que cuenta san Mateo
(28:9.10) y san Marcos (16:9-11)? Se admite, generalmente, que es la misma: en
san Juan esta descrita con amplitud y en san Mateo presentada desdibujada y en
una categoría de mujeres, conforme al procedimiento usual de san Mateo, pero
aunque la escena está desdibujada, de la aparición de Cristo sólo a María
Magdalena y a la otra María, son los mismos — el saludo de Cristo, el
acercarse-postrarse de ellas, el retener sus pies, el mensaje de Cristo a sus
hermanos — , se deduce, con toda probabilidad, que Cristo no se apareció
resucitado a las mujeres en el camino: sólo se apareció junto al sepulcro a
Magdalena?
Cristo Jesús, viva en nuestros corazones