San Lucas 14, 1-6:
" Jesús tomó de la mano al enfermo, lo sanó y lo despidió”.

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant   

 

1.     UN SÁBADO, JESÚS ENTRÓ A COMER EN CASA DE UNO DE LOS PRINCIPALES FARISEOS

Este relato puede considerarse como posiblemente desplazado de su situación cronológica, esto debido que no parece muy lógico que Jesús fuese a casa de un fariseo después de las recriminaciones que les hizo en los capítulos anteriores.

El banquete al que es invitado Jesús tiene lugar en casa de un fariseo y en sábado. Este era un fariseo importante. Lucas quiere indicar con ello el prestigio que ostentaba este fariseo entre ellos y había más fariseos que estaban “observándole,” sin duda con intenciones de sorprenderle en alguna transgresión del ritual por ellos elaborado.

Durante el festín se presentó un “hidrópico.” Conforme a las costumbres de Oriente, en los banquetes de importancia se permite ingresar a otras personas a título de curiosidad, no de invitados.

2.     ESTÁ PERMITIDO SANAR EN SÁBADO O NO

Y Jesús, tomando la palabra y dirigiéndose al grupo de los “doctores de la Ley y fariseos” y previendo la objeción (Lev.3), les preguntó si el a lícito curar en sábado o no. Ellos, como ordinariamente, callaron. Y Jesús le curó. Y luego les dio un razonamiento que no podía negarse, y que ellos practicaban. Si un día de sábado caía su “hijo” o su “buey” en un “pozo,” una de esas cisternas cavadas en tierra, y a veces medio ocultas por tierra y follaje, al punto lo sacaban. Sólo alguna fracción judía, muy rara, prohibía esto. Un grave daño que ha de seguirse no está vedado impedirlo por el reposo sabático. La ley natural está por encima. Y la caridad también, ya que en el amor a Dios está incluido el amor al prójimo, como tantas veces se lee en las Escrituras. Argumentaciones semejantes las usó el Señor en otras ocasiones. Y así el milagro rubricó la doctrina.

3.     JESÚS CONOCÍA BIEN A LOS MALICIOSOS FARISEOS.

Ellos siempre estaban al acecho, observando con atención, para ver si faltaba a la Ley en día sábado. Así es, como habiendo llegado un hombre enfermo a presencia suya, por medio de una pregunta reprime la insolencia de los fariseos que se proponían probarlo y alegar en su contra.

El Señor Jesús, conoce los pensamientos de los hombres. Y por esto es su pregunta una llamada a dejar en claro lo que piensan los fariseos. Sin embargo callaban con razón, porque ven que cualquier cosa que dijesen se volvería contra ellos. Porque si es lícito curar en día de sábado, ¿por qué acechar a Jesús por ver si cura? Y si no es lícito, ¿por qué ellos cuidan sus rebaños en dicho día?

4.     EL SEÑOR NO LE PREGUNTA SI QUIERE SER CURADO, SINO QUE LE SANÓ EN SEGUIDA

Sin embargo Jesús, por sobre la actitud de los judíos, cura de su enfermedad al enfermo. Este, por temor a los fariseos no pedía el remedio de su mal porque era sábado, sin embargo estaba en su presencia de Jesús, sabiendo que el buen corazón del Señor se compadecería de el y lo curaría. Conociendo esto, el Señor no le pregunta si quiere ser curado, sino que le sanó en seguida.

Luego Jesús, volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?"

A Jesús le importa mucho más el beneficio que el escándalo de los fariseos. En todo caso los fariseos callaron no sabiendo qué contestar.

5.     DEBEMOS ACUDIR A JESÚS EN LA BÚSQUEDA DE NUESTRA SALUD POR SIEMPRE.

Jesús es dueño del sábado. El nos muestra que la observancia externa de la Ley, no puede ir en desmedro de la caridad. Jesús libera al hombre de todo tipo de opresión, sea del cuerpo o del espíritu. Al salvar al hombre del mal en día sábado, es para Jesús una buena forma de santificar ese día.

Pero la principal enseñanza de este fragmento del Evangelio, sea el aprender que debemos acudir a Jesús en la búsqueda de nuestra salud por siempre. La bondad de Jesús con el enfermo de hidropesía, no será nunca menor para nosotros.

El Señor les Bendiga