Reflexión Bíblica
“Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído” Lc 7, 19-23 

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

Juan el Bautista, llamando a dos de sus discípulos, los envió a decir al Señor: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?” Cuando San Juan envía a sus discípulos a preguntar a Jesús, el estaba encerrado en la cárcel, esta situación hace que una persona se vea más necesitada de Dios. 

Pero Juan había anunciado la venida de Jesús, "Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (Jn 1,29). Es decir Juan conocía muy bien quien era Jesucristo. Pero él sabe que va a morir, entonces desea que sus discípulos no tengan dudas, y los manda para que sean testigos de las maravillas del Señor, para que aprendan además directamente de los mismos labios de Jesús. 

Jesús conoce el propósito de Juan, y para que a todos les conste, en esa misma hora sanó a muchos enfermos, como una mejor prueba para los enviados. Por lo tanto, no se contentó con responderles por medio de palabras, sino que les contestó por medio de obras. Esto es lo que llamamos, “Hechos y no palabras”, Entonces respondió a los enviados: “Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído”. Jesús, se define por su obrar, esto es su respuesta son sus obras, los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, Todas las cosas que hace Jesús, nos muestran que El es Dios.

Toda la obra milagrosa de Jesús, era la que había anunciado el profeta Isaías, (Is. 35, 4-5) “Decid a los de Corazón apocado: "¡Fortaleceos; no Temáis! He Aquí que vuestro Dios viene con venganza y Retribución divina. El mismo Vendrá y os Salvará." Entonces Serán abiertos los ojos de los ciegos, y los Oídos de los sordos se Destaparán.

O como en el Salmo (Sal 145, 8-8), donde cantamos: El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente.

La característica más creíble de todo discípulo de Jesús, son sus obras, como actuamos, como vivimos, de que manera obramos, como nos ven y como nos oyen, es y será un argumento convincente para que otros nos crean y comprendan que vivir según las enseñanzas de nuestro maestro, es un camino bueno.

Así, la Buena Noticia que el Señor nos manda enviar a los pobres a los necesitados, a los que sufren, través de los Evangelios, llegará con más fuerza y sin duda que es camino de salvación. 

Jesús entonces respondió a los enviados: “Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. Jesús les ha enseñado un argumento irrefutable, incuestionable, convincente y categórico de la verdad, y de este debemos aprender. ¿Qué cosa?, Palabra y Testimonio de vida, es decir, no solamente debemos hablar como vivimos, además, vivir como hablamos, estos son dos elementos muy importantes, además estos son los que convencen de la verdad de lo que se predica.

En una ocasión Jesucristo en la sinagoga se puso de pie para hacer la lectura y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde esta escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena noticia; para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos; para dar libertad a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor»

Si reflexionamos sobre este párrafo, vamos a decir que nosotros siempre debemos hacer las cosas motivados por el Espíritu Santo, y nos dirigimos al Espíritu con ruegos de un modo que se exprese con claridad.

Dicen que Santa Teresita del Niños Jesús, sobre la acción del Espíritu Santo, expreso en una ocasión, “¡Que cosa tan maravillosa haría Dios en las almas, si las almas se dejaran hacer!”

Es eso lo que debemos hacer, dejar que el Espíritu Santo, obre, descienda y actúe en nosotros, olvidados de nosotros mismos y entregados plenamente al Espíritu del Señor, por que Dios también nos ungirá para llevar a los pobres la buena noticia a los hombres de hoy, y a ellos debemos transmitir la liberación de los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor. No temamos sentirnos ungido por el Señor, pero obrando en todo tal como somos.

EL SEÑOR JESUS, SIEMPRE NOS MARAVILLA