Conversación con el Señor

Amor Misericordioso

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 



Señor, mi deseo no puede ser otro, el vivir confiado en TI, en mi deseo de amarte siempre, con mucha humildad, y fuertemente respaldado por tu amor misericordioso.  

Señor, yo me ofrezco con todo, con mi gran deseo de amarte, y de que mis actos agraden a Dios Padre, y cumplan las esperanzas que has puesto en nosotros al salvarnos con tu crucifixión, este es el deseo de mi alma, que comprende que tu tienes que ser amado.  

Señor, no dejes de comunicarte conmigo, me someto a tu voluntad, deseo corresponderte, deseo complacerte con actos de caridad hacia mis hermanos, deseo que me ames, por eso necesito de tu amor y tu comprensión, aún más de tú ayuda para ser digno de tu consideración.  

Señor, quiero orientar mi vida hacia TI,  por eso llena los vacíos de mi corazón con tu amor, para conocer bien lo que desea el Espíritu, y de esta forma ser fiel a tu caminar en cada paso,  es sencillo mi ofrecimiento, pero caminar contigo Señor, es acto mas hermoso que deseo hacer, y así conocer de cerca tu misericordia, comprender mis imperfecciones, y mejorar mis actitudes con los demás, y ofrecerme plenamente a Dios Padre.  

Así es Señor, nuestro Padre Dios, al crear el mundo ha manifestado y glorificado su Amor, así reconocemos que El es infinitamente Misericordioso, por tanto ofrecernos a El es glorificarle, es estar con EL, es complacerle, es ofrecerle nuestro amor es  ocasión de manifestar reconocimiento a la Misericordia que tanto le glorifica.  

Es así Señor, el ofrecer a Dios Padre mi vida entregada a EL,  no es por nuestro mérito,  sino por el Amor de Dios a nosotros, manifestado en su misericordia, que nos libera de nuestra  miserias, de nuestra  imperfecciones, el ofrecer mi día a día es un sincero propósito de ir a su encuentro.  

Señor, como no aceptar la mejor oferta que tenemos, el Amor Misericordioso, no permitas que pierda la confianza en EL, y que obre en mi para todo, por medio del dolor, dulce oportunidad para poner el hombro bajo tu cruz,  por medio de tu comprensión, para aliviar mis angustias, por medio de tu fortaleza para caminar por los caminos que llevan a Ti.  

Señor, te pido que  Espíritu Santo ilumine nuestras almas, débiles y miserables, y así transformarnos  en los hombres que tu buscas, te lo pido con humildad Señor, y ponemos toda nuestra confianza al Amor Misericordioso, le entregamos toda nuestra alma,  que esta deseosa de esa Misericordia.