Reflexión bíblica

“Encontré la oveja que se me había perdido” Mt 15, 3-7

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Cuantas veces nos hemos sentidos perdidos y cuantas veces estamos agradecidos que nos haya encontrado el Señor Jesús, y en ese encuentro damos gracia a Dios por no abandonarnos. 

Que grande es el Señor con nosotros, cuando ha venido a buscar para salvar lo que se creía perdido. 

Cuanto nos ha dado el Señor para salvarnos, nos dio la luz, para no caminar en tinieblas, no ha dado la vida, nos ha dado la gracia, nos dio el perdón, por El tenemos la esperanza de la vida eterna, recordemos que Jesucristo nos dijo: “yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”(Jn10,10). 

Preguntémonos de que vida nos habla, para que comprendamos bien, que el Señor Jesús nos trae la vida eterna, la vida de la gracia, y lo hace con generosidad, con gran disposición. 

Esa oveja perdida que era yo, que eras tu, que era el, ha venido a salvar Nuestro Señor. Nuestro Buen Señor, nos llama, nos busca, si nos ve lento nos espera, si nos habíamos extraviado nos recibe con cariño, aún más, si nos caímos, nos recoge con bondad. 

Que bien nos hace reflexionar nuestro Buen Pastor, que bien entra en nosotros cuando hemos sentido su llamado y con esto el alivio de estar en sus manos. 

Solo tras de El, vamos por el buen camino, al redil, esto es al terreno cercado y protegido para ir en compañía con el resto de rebaño, y entre nosotros cuidando la fidelidad a EL. 

El Señor Jesús, no vino para condenar sino para salvar, lo vemos en cada parábola, donde presentimos que Jesús nos enseña como nos ama Nuestro Padre Bueno, esto es Dios recibe a todo los pecadores y no se resigna a perder ninguno, entonces Jesús los busca con insistencia, no le llama la atención por haberse perdido, al contrario lo recibe con cariño y a través del arrepentimiento su corazón se llena de alegría igual que el corazón del Padre por el retorno de su hijo. 

La oveja pérdida, la oveja buscada, el pecador que asumió la conversión, es la mayor alegría del cielo, sin duda que para Dios no le son agradables los injustos, talvez su amor es menor por ellos, pero al pecador arrepentido, ese que ha sido buscado, que ha sido perseguido y lo luego a tomado el camino de la conversión, Dios le entregará la misma alegría que a los más Justos. 

Dios, siempre te busca, siempre nos busca, aún en nuestro pecado 

Por todo esto Gracias Señor