Que hemos hecho con el matrimonio III

El primer hijo

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Amigos:

 

He recibido con gran alegría, vuestra noticias de que al cumplir los cuatro meses de matrimonio le hayan confirmado que  esperan desde hace un mes vuestro primer hijo  y que esta dentro de sus deseos celebrar el primer aniversario matrimonial junto con el bautizo, y que pedirán en esa fecha una misa por la intención de la unidad matrimonial.

 

Es realmente emotivo para mi oír eso de ustedes y por dos grandes razones, primero por que la Santa Misa , es la celebración de mayor importancia en nosotros los católicos y segundo, por el significado que tiene para nuestra fe el bautismo.

 

No me cabe la menor duda, es absolutamente cierto lo que ustedes me cuentan, en efecto casarse con la convicción de que el  origen de vuestra unión matrimonial estaba en los planes del Señor, en la historia de cada uno de ustedes, y el vivir  sin apartarse de El, participar inseparablemente en la Santa Misa dominical, rezando permanentemente por la vida familiar, es una gran fuerza para superar todo lo que pudiera afectar de manera contraria al propósito  del matrimonio.

 

Una sugerencia deseo entregarles, ya que habéis confiado tan hermosas novedades, espero que esta les invite a un pequeño instantes de reflexión y que acudan a ella cuantas veces quieran, estas las aprendí de nuestra Iglesia.

 

Valoremos, en primer lugar, ese  proyecto del amor conyugal que iniciasteis durante el noviazgo,  contraer matrimonio para toda la vida. Ustedes quisieron compartir la vida y ayudarse, ahora han puesto los hijos en la proyección del futuro que desean, luego cuando nazcan, van a querer darles lo mejor para ellos.

 

Los hijos, son una realización en común, y  será más plena y más vivificadora para cada uno de ellos, en la educación cristiana.

 

Seguramente, se presentarán problemas en la relación con los hijos, especialmente en la edad de transición a la pubertad, prepárense deseosos de asumir con pasión, con amor y esfuerzo ese desafío de criar hijos, hacerlos participar en valores compartidos.

 

Ahora más que nunca, fortalezcan esa unión y ese compromiso de lealtad mutua que se han hecho, las persona que se aman profundamente, realizarán con la ayuda del Señor, su proyecto de vida y ganarán en paz matrimonial, Estén amigos muy seguros, con el consentimiento compartido al aceptar unir vuestras vidas, Dios está en esa intuición matrimonial  que han puesto en sus corazones.

 

El respeto, la solidaridad mutua, la preocupación de convertirse en uno solo,  haciéndose uno con aquel con quien compartirán el futuro, preocupado por su felicidad, construirán el hogar que hará feliz a los hijos y hará valiosa la vida en común.

 

No desfallezcan nunca amigos,  por ese proyecto que ustedes tienen vale la pena sufrir y luchar, talvez  a veces con ciertas dificultades. Vivan ahora con el anuncio de ese hijo que viene, momentos de esperanza en lograr una bella familia, gran confianza, puesto que el mismo Señor se ha comprometido con ustedes.

 

Felicidades Amigos, Dios les bendiga.