Que hemos hecho con el matrimonio V

Conflicto

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Amiga


Es posible que te sorprenda esta carta, y tal vez te preguntes porque la he enviado, trataré de explicarte el porque me trato de intrometer en tu vida y si logré al menos tu reflexión, diré “”Gracias Señor”


Recuerdo, que hablamos con tu esposo sobre el vínculo perpetuo y recuerdo que me ratificaste en esa oportunidad, lo fortalecido que era contraer matrimonio por la Iglesia , y como quedan consagrados por el sacramento.


Recuerdo que me dijiste que eras una agradecida de Dios, porque había puesto en el plan de tu vida a ese hombre que jurabas gran amor, recuerdo que el día de tu bodas, me comentaste en forma muy emocionada lo libre que fuiste para decir “si, acepto”, y que habías sentido como Dios era testigo de esta alianza, y que tu amor conyugal se inspiraba en EL.


Yo también estuve ahí presenciando la ceremonia, también fui testigo, El Señor sabe eso también como tu y yo, y la desidia ofende al Señor, y yo me siento responsable de esa unión conyugal, motivo suficiente para escribirte, pero el mayor motivo, esta en nuestro catecismo, “la misma manera que Dios en otro tiempo salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia , mediante el sacramento del Matrimonio, sale al encuentro de los esposos cristianos”


Así es amiga, vengo a rezar para que tengamos  la fuerza de seguir a Cristo y tomar su cruz, esa fuerza que ánima a  levantarse después de sus caídas, te acuerdas cuando hablábamos en la catequesis,  de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros,  de estar  sometidos unos a otros en el temor de Cristo de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo.

Que hiciste de todo esto amiga mía, porque me dices ahora de donde voy a sacar fuerzas para superar esto, permíteme  que yo te lo recuerde, tu y tu esposo son hijos del mismo Padre, tu y tu esposo son servidores del mismo Señor, tu y tu esposo dijeron “si” ante tu único Dios, tu y tu esposo un solo espíritu. ¿No te dice nada eso?


Ahí esta la fuerza que buscas.


Todo esto es muy doloroso amiga, para ti, parta tu esposo, para  toda  tu familia,
para mí como tu amigo, y como no va ser doloroso hacer una cirugía para separar una sola carne, un solo corazón una sola alma, una sola indisolubilidad.


Amiga, Dios nos ama, y tu lo sabes, El tiene un amor definitivo por nosotros y tu lo sabes, tu y tu esposo  participan de este amor, y tu lo sabes, Dios nos conforta y mantiene unidos y tu lo sabes, cuando tenemos situaciones difíciles acudimos a Dios y el nos ayuda y tu eso la sabes, los se yo, lo sabe tu esposo, lo sabe tu familia, acércate a El, no lo dejes de lado, el cuenta contigo, tu cuentas con el, entonces amiga, que no te sorprenda esta carta, no puedo hacer la vista gorda, frente a una separación, y si lo hiciera, y si nada hiciera para que así no ocurra, estoy siendo inconsecuente con el amor al Señor que digo tener.


Rezo por ti amiga, reza tú por ti, reza por tu esposo, y mira como el Señor, tiene sus brazos abiertos.


Un Abrazo Fraternal