Que hemos hecho con el matrimonio I 

El noviazgo

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Amigos:

En nuestra forma de forma de vida como cristianos, y como en cualquier cultura, hoy día el matrimonio se produce después de haber llegado a configurarse como consecuencia del amor y enamoramiento sexuado, entiéndase esto como de entre el sexo masculino y femenino, razones ya muy obvias hacen necesario esta aclaración.

Al matrimonio se llega por elección libre, sin ningún tipo de presión externa, si así no fuere, no es un matrimonio válido en su esencia. En efecto las personas se casan por amor y para amarse, se casan para vivir juntos por decisión mutua, unen sus vidas llevadas por un sentimiento de amor compartido, madurado  y contrastado durante un tiempo.

El proyecto matrimonio, será ahora de amor conyugal, ahora emerge al mundo con fuerza, y esta santificado, bendecido por el Señor, este hecho le da vigor y fuerza, lo que transforma esta unión en belleza fruto del especial  enamoramiento que produjo es atracción de pertenecer a dos sexos distintos, que les invita ha realizar el mejor plan de vida de todo hombre, formar familia, tener hijos, contribuir a la sociedad, y a nuestro mundo con nuevos cristianos, que se pueden,  bajo nuestra fe, convertir en buenos católicos y así convivir en un mundo de valores según la moral aceptada por la tradición católica, nacida de las enseñanzas de Cristo.

El decir hoy día. “Estamos de Novios”, es digno de alabanza y oración. En efecto, es muy triste ver hoy día, como muchas parejas de novios ocultan esa realidad, y dicen “somos amigos”, o solo compartimos ratos agradables, privatizando su relación y no compartiéndola con su familia o amigos, y es porque al parecer no se quiere  aceptar que se esta experimentando, con el objeto si de ver si ahí resulta algo.

Sentirse enamorados, es algo bellísimo, como no lo va hacer, si implica dejar de preocuparse de si mismo,  para hacerlo por otra persona,  la persona amada. Sea cual sea la forma  como se originó o se inicio el enamoramiento, esta la permanente preocupación por la felicidad de la otra persona, es el descubrimiento del otro. Todo lo hacemos por la persona amada, y disfrutamos de todo lo que hace,  su mirada,  la sonrisa,  nos agrada su voz,  nos cautiva la oreja que hierve después de largas conferencias telefónica, nos despierta nuestra alma de poeta, no vemos ningún defecto físico, es el descubrimiento de la belleza interior.

En la pareja enamorada, el atractivo físico es un  atractivo que toma otra dimensión, se lo que  realmente soy,  pero mi ser amado ve en mi lo que nadie ha visto, mi ser amado me produce sentimiento que ningún otro lo ha hecho, desde que me enamore el mundo es distinto para mi, nadie había visto en mí lo que tú has visto.

El estar enamorado nos cambia la dimensión del tiempo, se hacen largas las horas cuando espero encontrarme contigo, que rápido paso el tiempo que estuvimos juntos.

La visión del mundo es otra, las personas son distintas  ante mis ojos,  me parecen  más agradables, más acogedoras, más cálidas, más comprensibles.

Toda esa belleza de vida, que sentimos al estar enamorados, y que nos da fuerza y entereza para decir, “Estamos de Novios”, nace de corazones abandonados al la pureza del Espíritu, que no anuncia que el Señor tiene un plan de vida, y nos invita a convertirlo en un proyecto de familia, y a comprometernos en algo mas simple que el si acepto, es un “Si acepto Señor”

Feliz noviazgo y proyecten su vida en la gracia del Señor.