Respeto a los Sacerdotes

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant



En la Santa Misa del cuarto día de Adviento, tuve una gran pena, debido a que un fiel que lo he visto muchas veces, incluso le gusta figurar a veces en primera fila del templo, durante el Rito penitencial, siempre lo veo en actitud compungido, y cabeza baja parece recibir con devoción cuando el Sacerdote celebrante le pide a Dios todopoderosos que tenga misericordia de nosotros y perdone nuestros pecados. 

Escucha la palabra proclamada que viene del Señor y la alaba con expresión de amor. 

Luego escucha atentamente la Homilía del Sacerdote Celebrante, a quien en ese momento recibe la inspiración del Señor en sus palabras. 

Luego con mucho respeto, se arrodilla frente al Milagro que se produce en las manos de ese mismo Sacerdote Celebrante al mostrarnos la Hostia convertida en el Cuerpo de Cristo y el vino en la Sangre de Cristo. 

Hace el rito de la Paz, cierra los ojos y se la da al celebrante de manera espiritual y la da fraternalmente a sus hermanos que están cerca de él.

Luego va y recibe la comunión de manos de ese mismo Sacerdote, seguramente con toda la convicción de haber recibido el Cuerpo de Cristo. 

Al Rito de despedida, baja su cabeza y recibe la Bendición de ese mismo Sacerdote Celebrante y se retira del templo, saludando a sus amigos y hermanos que asistieron a la misma Eucaristía. 

Y en ese entonces comienza mi pena y mi dolor, fuera del templo, invita a criticar la homilía y a mas de algún hermano al cual le entregó poco antes el saludo de Paz. 

Como dijo en el acápite 69 del Libro caminos Josémaría Escrivá, ¿que poca finura de espíritu- que falta de respeto- supone dedicar bromas y vaya al Sacerdote quien sea - bajo ningún pretexto!, acaso el Espíritu Santo no ha dicho no queráis tocar mis Cristos, acaso el sacerdote , quien quiera que sea no es otro Cristo! 

No permitáis hermanos, que estas cosas sucedan, esta bien escrito por un reciente santo, "Amar a Dios y no venerar a Sacerdote....no es posible, y agrego que darle la paz a un hermano y luego a los pocos minutos criticarle un defecto.... tampoco es posible, su actitud clava como un puñal en el corazón y duele, duele de pena. 

Estoy d acuerdo, que esta persona y además reflexione del sentido de una homilía, y si tiene dudas o no la entendió, hable con el sacerdote a fin de poder aclarar las dudas o diferencias, pero creo que no es lógico, que después de recibir la bendición del celebrante se dedique a la murmuración mal intencionada de él y por el placer de hacer comentarios de los defectos de nuestros hermanos en la fe, compañeros de trabajo, amigos, vecinos, a los cuales en el rito de la paz los abrazo con cariño y entrega fraternal.


Señor, ¿quien ese fiel me pregunto?. 

Entonces pido, Señor, tu que todo lo sabes y conoces a nuestra humanidad, ten misericordia de ese fiel, e ilumínalo para que sea instrumento de concordia y Paz, y pueda reflexionar si es o no errado su caminar.