Reflexión bíblica
“Si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en Ustedes” Jn 6,53-60

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Creer, comer y beber a Cristo, es vida eterna, la vida que Jesús comparte con el Padre, y que nos llega al corazón con la comunión del Cuerpo y sangre de Jesús.

Así nos anuncia la institución del Sacramento de la Eucaristía, donde nos da a comer bajo las dos especies de pan y de vino, carne y sangre de Jesucristo.

Por la Eucaristía Dios se une con los hombres que comulgan. Dios nos ama, amor que es unión, entonces Dios se une a nosotros al comulgar.

Dice San Agustín: “Al comer la carne y beber la sangre de Cristo, nos transformamos en sustancia”

Es así, como la Eucaristía nos produce un efecto maravillo, especialmente cuando comulgamos, luego nos concentramos y meditamos el unirnos a Cristo de esta manera.