Reflexión bíblica
“Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado” Mt 9, 18-26

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Confianza, esperanza o seguridad firme que se tienen en algo, seguridad en sí mismo, ánimo o aliento para hacer algo, sencillez, amistad o intimidad en el trato, atrevimiento u osadía en el trato, referido a una persona, que se tiene intimidad en el trato con ella, con reserva e intimidad, ¿cual de todas estas formas que hoy utilizamos en la palabra confianza es a la que se refiere Jesús?

Si decimos confianza que se tiene en algo o en las posibilidades de una persona, decimos se tiene fe, y la fe para nosotros los cristianos, los católicos es adhesión a Jesucristo y a su mensaje, a su caminar, a su presencia, fe que nos salva.

<<Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré sana". Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado".>>

Esta mujer, no tuvo necesidad de llamar la atención, no quiso darse a conocer, silenciosa y humilde se acerco al Señor Jesús, tratando de pasar inadvertida, su confianza era su seguridad firme de Jesús, confianza en el poder del Maestro, y piensa que no es necesario que El la toque, basta que lo haga ella, tampoco es preciso que El la mire, ella comprendió que con tan solo la presencia de Jesús bastaba.

¿Es necesario que nosotros queramos brillar en nuestro apostolado?, ¿es preciso que seamos el centro de atracción en lo que hacemos?, las miradas no deben ser para nosotros, dejemos que sean para Jesús.

Aprendamos de la confianza de esta humilde mujer que no quiso llamar la atención e interrumpir a Jesús, cuando acudamos al Señor, hagámoslo con fe, conciente de que El nos sana, que Jesús nos salva.

Jesús, quiso dar público testimonio de la fe de aquella mujer enferma, la curación de ella se debió a su fe.

Por comprender todo esto, Gracias Señor