¿Genero o sexo?
Autor: Alejo Fernández Pérez
En España, al ser consultada La Real Academia de la Lengua Española contestó: ¡No! al uso de la palabra género para sustituir a la de sexo. Pero Estalin, un tio muy listo, mucho antes, había dicho que : «…de todos los monopolios de que disfruta el Estado, ninguno será tan crucial como su monopolio sobre la definición de las palabras. El arma esencial para el control político será el diccionario».
Como consecuencia, en la actualidad, antes de iniciar una discusión sobre una palabra no habrá más remedio que fijar previamente el significado que le damos. Paz, libertad, igualdad, género, sexo, ,…han adquirido significados nuevos para justificar la política de los gobernantes. Poco a poco se va produciendo una separación cada vez mayor entre el pensamiento, la realidad y las palabras con que se expresan, las cuales se convierten en medio de manipulación.
¿Por qué los progres - extrema izquierda - se empeñan en sustituir la palabra sexo por la de género? Porque la de sexo define muy bien la diferencia entre hombre y mujer; mientras que la de género es más maleable, con ella se pueden hacer “virguerías” . Así: matrimonio es una palabra que designa claramente desde siempre la unión de un hombre y una mujer; mientras que género puede además designar la unión de dos hombres, de dos mujeres o incluso de una persona con un animal. Género iguala masculino y femenino, con sexo es imposible tal igualdad, y la igualdad es un dogma para la progresía; hasta el punto de que la ideología de género es una de las doctrinas fundamentales del gobierno de ZP
A partir de este pensamiento tan “sublime” deberíamos dar por terminada toda conversación al respecto, y negarnos a propagar este gran mito, engaño y estafa que nunca en miles de años de existencia se le había ocurrido a nadie. Preguntemos al tonto del pueblo y responderá con más acierto que muchos de nuestros políticos.
Ya lo saben: a partir de ahora, no existe diferencia entre hombre y mujer, esa diferencia era fruto de la presión social que condena a la mujer a la inferioridad social. Hombres, mujeres, homosexuales, bisexuales, travestís, heterosexuales son posibilidades equivalentes en el ser humano. Miró i Ardèvo en Forum Libertas en su escrito “El gran engaño: Ideología de género” escribe: “Con esta parida mental la ideología de género Considera una fuente de opresión a la familia, ve con malos ojos la maternidad, y vitupera a toda la cultura judeocristiana (y evidentemente, junto a ella, el legado del helenismo). Y esta es sólo una parida mental entre varios cientos. Una opinión se está extendiendo: el pueblo sano traga lo de género y sus consecuencias más que por ignorancia por miedo. Miedo, como el miedo del nacismo o del comunismo, un miedo difuso que todo lo impregna y paraliza los corazones puede ser la clave de lo que está sucediendo en España.
Nos recomienda leer el libro, publicado en español “El cerebro femenino” de Louan Brizendine. En este libro se dice:”… una vez más lo obvio: se nace mujer o se nace hombre, esta diferencia –otra vez lo obvio- no significa superioridad sino capacidades distintas en determinados planos y no diferenciadas en otros, porque entre ambos sexos existe la común unidad del ser humano…”
Mientras perdemos el tiempo hablando del sexo de los ángeles, las estadísticas nos advierten que los problemas de los españoles van por otros derroteros, por ejemplo: están huyendo de la sanidad pública, pasándose a las mutuas y a las entidades privadas; la desigualdad social aumenta como consecuencia de que los salarios están creciendo por debajo del grado de desarrollo económico del país y los que tienen hipotecas están temblando. Al mismo tiempo se comprueba que los homosexuales viven 20 años menos que los heterosexuales. Tres informes, no desmentidos, que el gobierno de la nación se empeña en ocultarnos (Informe de Forum Libertas 28-3-2007) Y son tres informes de los menos conocidos.
El que la cultura predominante niegue todo esto y pueda convivir al lado de la ciencia, el que el gobierno monte sus leyes y discursos sobre la patraña del generismo y la gran mayoría diga amén, solo expresa que nuestra sociedad se está – o mejor, la están- convirtiendo en una sociedad de “bobos de baba”