Conflictos y broncas

Autor: Alejo Fernández Pérez   

alejo_fp@terra.es

 

 

Ya desde pequeñitos los niños empiezan a darse guantazos por “un quítame allá esa pajas”, y sus papas se las redondean: “Para que aprendan”. Cuando se hacen mayorcitos juegan a lanzarse piedras y a darse algún que otro navajazo. Por fin, cuando se convierten en personas “razonables” se van a la guerra para traer la paz y salvar a la patria . Otros se meten a políticos, que tampoco es mal campo de batalla…Pero cobrando,  ¡ eh ¡ cobrando. 

Casos típicos son las peleas entre los integrantes de una misma asociación, sea política, religiosa, deportiva, educativa,…Lo grave de  estos casos son las repercusiones que tienen las peleas en la asociación, en los asociados y en sus amigos o enemigos. La causa importa poco. Un ejemplo real: 

Dos cristianos, C. y M. , muy amigos hasta ayer se embarcan en una seriadisputa. Lo mismo se podía decir de dos políticos del mismo partido.  C., sin aportar pruebas, se empeña en que M. se está convirtiendo en un hereje porque pone sobre la mesa el papel de ciertos judíos, masones y diversas sectas. M. dice que de eso nada, que él es de los buenos y leales. C. replica muy enfadado: “Los que piensen como yo que den un paso al frente y los que no que se atengan a las consecuencias” Una consecuencia es que C. escribe al patrón de la empresa donde trabaja M para que lo echen por peligroso. Pruebas, ninguna, pero el lío ya está armado. Ridículo ¿verdad? . Si, ridículo y perverso si no fuera tan peligroso, pues una vez que una mentira o malentendido  se echa a rodar nunca se saben las consecuencias.    

Intentar arreglarlo tropieza  con uno serio impedimento: el amor propio que forma parte de ese punto de soberbia que todos llevamos consigo, y que se dice dura hasta 24 horas después de muertos. Quienes somos más o menos espectadores de esos conflictos solemos verlos de forma harto diferente a los contendientes,  sobre todo, si nos podemos aprovechar de la pelea a favor de nuestros propios intereses .  

Entre dos hermanos cristianos o del mismo partido  hay un agravante añadido: ¿Qué efecto causará esta pelea, por ejemplo,  entre las personas que pretenden acercarse a su religión o partido? ¿ Y a estos me voy a sumar yo? Puede que digan. ¿Qué tipo de hermanos son? ¿ Así resuelven estos sus diferencias? Grave escándalo. Además, Satanás y los del “bando” contrario se sonreirán y frotándose las manos con sonrisa burlona dirán a los que les rodean: Miradlos ¿Cómo estos queréis ser? 

Una madre que ve peleándose a dos de sus hijo no le importa más que una sola cosa: Que hagan la paz rápidamente. Estamos seguros que nuestra madre en la tierra o en los cielos no nos preguntará los motivos de la pelea, lo único que desea fervientemente es vernos en paz y  sonrientes junto a ella. 

Por supuesto, las dos partes estarán convencidas de tener la razón, sola la razón y toda la razón. Además, hace falta mucho valor y coraje para perdonar cuando hemos sido ofendido en lo más íntimo de nuestro ser.  Pero , a los espectadores ¿Qué les importan sus razones? Lo único que ven es una riña entre hermanos y un penoso ejemplo. La solución viene como siempre en los Evangelios: “Perdonad, perdonad de todo corazón y perdonad hasta 70 veces 7”. Pero la cosa no puede quedar así , solemos decir. Entonces,  por lo menos, intentemos salvar la cara, el buen nombre y la honrilla de cada uno ¿Y cómo? 

Podríamos decir: “ Es posible que a pesar de mi convicción haya metido la pata en algo de lo que no he sido totalmente consciente, que lo haya malinterpretado o esté mal informado, sea lo que sea, por todo ello te pido perdón y, sobre todo, te pido perdón por la forma un tanto brusca como haya podido actuar”  o también de una forma un poco más egoísta  : “ Mira… como nuestro Padre – que está en los cielos-  nos exige hacer la paz, hagámosla cuanto antes, no sea que nos deje sin herencia por una simpleza”. Cristo dijo: Padre perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” Si nó, el Señor nos rechazará con un “corte de mangas” . 

El caso es que los dos son  personas inteligentes y  ambos están muy  dolidos y pesarosos. Además los amigos de uno y otro quieren y necesitan a los dos.   Tampoco se trata de eludir los problemas, sino hacerles frente dentro de unos límites donde no sea peor el remedio que la enfermedad.  Por grande y grave que parezca un problema, en general,  con el paso del tiempo termina siendo muy poca cosa. Los diálogos son necesario, pero no son suficientes, hace falta algo más, a veces un simple intermediario. Recordemos que  la división entre católicos y protestantes aun dura.  

Tampoco olvidemos que el amor propio, el amor a sí mismo y ese poco de soberbia de que antes hablábamos, ha causado más desgarros a la Iglesia, a los partidos políticos o en el ejército que todos los ataques de los enemigos exteriores. De momento, hemos aprendido algunas cosillas : a) Que no debemos lavar nuestros trapos en la calle.  b) Que muy pocas cosas merecen la pérdida de un buen amigo. c) Que es poco inteligente ofender a nadie con palabras hirientes que humillan y cierren todas las puertas, tanto si se tiene como si no se tiene razón y d) Que las consecuencias pueden durar toda una vida. Los cristianos disponen, además, de una potente arma: la oración. 

En definitiva, pedir perdón, pedirlo con naturalidad, sin subterfugios, con franqueza, claramente y con una sonrisa amistosa suele ser el mejor medio de terminar con casi todos los problemas humanos. Un ¡ Aquí está mi mano¡  suele desarmar a los contendientes  y poner fin a los gruñidos y a un negocio en el que todo son pérdidas. Tras esto, solo queda una cosa: rezar