Mis flores pequeñas

Autor: Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Pérez

 

 

Soy grano de trigo
que desea caer
en los surcos de la iglesia
y desaparecer.

La muerte es la puerta
para la vida eterna,
es morir día a día,
aumentar la cosecha.

Las manos del padre
muestran el arado;
las manos del hijo
han plantado el grano
y el divino espíritu
lo está fecundando.

Como en tu palabra
salió el sembrador
y vino a mi vida
a esparcir amor.

Mi terreno ha sido
estéril, rocoso
pero tus cuidados
lo hacen hermoso.

Soy grano de trigo,
terreno sediento,
pequeña semilla
que crece en tu aliento.

Aliento de vida,
lluvia que refresca;
que cae a torrentes
y que me despierta.

Un día vendrás
como el segador;
recoge en el surco
mi grano mejor.

Te doy todo junto
para que separes
la paja del trigo.
¡mira mis afanes!

Esta es mi cosecha
de flores pequeñas.
Mírala Jesús.
¡Sonríe! ¿No es bella?

Sólo por tus méritos
estoy ante ti,
los míos no cuenta
¡tú los sabes, sí!

Pues todo me das:
surcos, iglesia, granos,
tu amor, tu palabra,
también el arado.

Semillas y flores,
agua, gracia, llanto,
espinas y mimos,
deseos de lo alto.

Perdona si tu gracia
cae en saco roto
si esfuerzo y constancia
han sido muy pocos.

Sólo por tus méritos
estoy ante ti.
esta es mi cosecha.
¡Recíbela, si!