Tus espinas por mis rosas

Autor: Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Pérez

 

 

Oh maestro quiero darte
por cada espina una rosa,
aliviarte ya las sienes
de esa corona dolorosa.

Al rey más bello y humilde
lo coronamos de espinas
al que mereció la honra,
todo honor, todo poder,
le ofrecimos solo burlas,
hiel y vinagre a beber.

Oh mi Rey generoso,
amable y silencioso,
recibe pequeñas rosas
llenas de amor, de silencio.

Sacrificios pequeñitos
es lo que puedo ofrecerte,
con mis caricias de niña,
cubriré tu herida frente.

Cada espina que te cambie
herirá mi corazón;
pues un corazón entero
no conoce de tu amor,
rasgado y adolorido
como el tuyo mi Jesús,
así Señor te lo ofrezco,
es así como yo entiendo
tu entrega por mí en la cruz.

Mi dolor quiero ocultar,
fijo mis ojos en ti,
en esa bella corona
que por amor te ofrecí.
Es tan chiquita mi ofrenda
a tanto amor que me das.
Ocultaré las espinas
aquí dentro de mi pecho
para que luzcan las rosas
en tu cabeza maestro.

Es muy fácil escribir
esta poesía, este pacto,
pero es difícil vivir
lo que tú me has enseñado.
No te olvides que soy niña
y que huyo del dolor.
¡Tu eres toda mi fuerza,
yo confío en ti señor!