Como el discípulo amado

Autor: Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Pérez

 

 

Déjame reclinar Señor
mi cabeza en tu costado
y robarme los secretos
que para mi has guardado.

Déjame estar a tu lado
y recostarme en tu pecho;
me susurran los latidos
de tu corazón deshecho.

Deshecho de amor por mi,
partido y ya entregado
como ofrenda y alimento,
en la cruz traspasado.

En esa Última Cena
anticipaste en tu signo
tu Corazón Eucarístico
ya ofrecido Dulce Amigo.

En la Cruz y en el Altar
nos amas hasta el extremo;
pues te vuelves a entregar
a cada instante Maestro.

En la mesa de tu fiesta
derramas Sangre Preciosa
y te das como alimento
en la humilde y Blanca Hostia.

Como el Discípulo Amado
el joven y orante Juan,
déjame ya colocar
mi cabeza en tu costado
y a tu dulce palpitar
responder con mis latidos,
mi amor, mi dolor, suspiros
de todo el corazón mío.
Con mi entrega reparar
tu ofendido Corazón
pues sierva reparadora soy mi Señor.
¡Acéptame en oblación!