Dar gracias

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Corola nueva

 

 

 

Mirar el  gran triunfo, el poder, la riqueza, la gloria, como si sólo de eso tuviéramos que dar gracias.

 

Y no arrodillarnos a dar gracias por tener dos ojos con que captar la belleza, mirar el cielo y retener el semblante de los que amamos.

 

Dos pies para seguir a Cristo, caminar junto a los hijos, ir dejando las huellas de nuestro andar.

 

Dar gracias por esas dos manos que acarician, que escriben, que trabajan, que dan y que reciben.

 

Dar gracias por esta lengua descubridora de secretos, retenedora de lágrimas, conocedora de  besos.  Temblando de palabras que alumbran, que consuelan, que iluminan.  ¡Que pueden pronunciar el nombre de Dios!

 

Dar gracias por la suerte de tener la facultad de amar, de sentir, de estremecernos.  Por poder sentir indignación, ternura, dolor, piedad.

 

Gracias por los favores que hemos recibido y los pequeños milagros con los que Dios salpica la vida a cada rato.

 

Gracias por las cosas que, al faltarnos, hemos aprendido a valorar.

 

Gracias por el sustento de todos los días, la hostia de todas las mañanas y la fe de todos los momentos.

 

Por el calor de los vivos.  Y las enseñanzas, el recuerdo de los muertos.

 

Porque he tenido mucho tiempo para arepentirme.  Y poco para encumbrarme.

 

Y no me he sometido más que a tu providencia.

 

Gracias por todo lo que sé y todo lo que me pasa inadvertido.

 

Gracias por la experiencia, el dolor, la injusticia.  Por todo lo que al herirnos nos enseñó como se siente el hombre después de las tristezas, de los fracasos, de los desprecios, de las derrotas.

 

¡Gracias, Señor, por el milagro de todo mi ser!

 

Por escoger tu  imagen como modelo para crearme.

 

Por darle sentido sobrenatural a mis obras.

 

Y porque desde que te conocí, estás dispuesto para mi siempre que te busco.

 

¡Gracias, por el día en que inventaste el amor!

 

¡Gracias, Señor!