Nunca quise hablarte

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla

Libro: Corola nueva

 


Nunca quise hablarte de mi vacío, porque el hombre se mete poco en ese hueco. Nunca quise hablarte de mis lágrimas, porque el hombre penetra poco en los ojos húmedos. Nunca quise hablarte de mi depresión, porque el hombre se complica pocas veces con la tristeza.

A ese fondo sentimental de nostalgias, no se asoman nunca. No te hablo de él porque no lo conoces. Y además lo rehuyes, instintivamente lo rechazas.

Tus manos son fuertes, tu corazón recio, tus sentimientos de un solo color. Has usado mi vida para el placer, para la rutina, para los deberes. Pero hoy con ese empecinamiento que sólo tienen los ilusos, los enamorados, he decidido arroparme en tu corazón. Enseñarte que hay sed de otra agua, y arrullo de otro río, y lumbre de otra hoguera.

Hay besos que se piden y besos que se adivinan. Hay ramajes en el amor que no tienen follaje. Y ramajes de nidos.

En uno de ésos, bien tibio, bien dulce, como preparado para las alas y la ternura, colócame hoy. Para que mis palabras salgan de su encierro. Y tu comprensión me enrede a lo profundo de tu ser. Y tu mirada me haga sentir que la ternura se mete en los nudos de mi tronco, y allí, como un pajarito caliente como una mariposa feliz, prepara sus pajas y sus flores para hacer una morada para siempre.

Aprende, amor, que el amor fuerte, de ruido, espanta las mariposas. Y el amor de espiritu, de profundidad, las aprisiona para siempre.

Hoy soy una mariposa que te está buscando. ¡No te separes de mí!