Carta a los Magistrados de la Asamblea Nacional (Venezuela)

Autor: María García de Fleury




Apreciados Señores que nos representan a todos los Venezolanos:

Antes de tomar decisiones tan trascendentales como la del Aborto, quisiera que consideraran los siguientes conceptos:


1. Hay Vida Humana Desde el Momento de la Concepción

La ciencia médica actualmente reconoce sin lugar a dudas que existe vida
humana desde la concepción o fecundación[1]; es decir, desde el momento en que el espermatozoide penetra y se fusiona con el óvulo; y por tanto el niño concebido es una persona humana con plenos derechos incluido el derecho a la vida, que es el más fundamental de todos. Esta afirmación clara y contundente honra también de una manera muy especial a la mujer y su maternidad pues, desde el primer momento, ella lleva en sí el misterio de una nueva vida humana, llamada por Dios no sólo a una vida temporal sino a la vida eterna. Los estudios del ADN demuestran que desde el momento de la concepción se comienza a formar un SER TOTALMENTE DISTINTO a la madre y al padre. 

2. La Vida es el Derecho más Esencial y Fundamental de Toda Persona Humana

El derecho a la vida es anterior a toda legislación y subsiste y se impone a
ella. Es un derecho esencial que todo ser humano tiene por el mero hecho de
serlo (de ser persona humana). Es decir, el derecho a la vida deriva y se
fundamenta en nuestro carácter de persona humana y no en las circunstancias
que rodean a la misma. Por tal razón, este derecho humano debe ser protegido
en su totalidad, sin excepciones, conveniencias ni arbitrariedades. El
derecho a la vida ni aún en nombre de la pluralidad puede lesionarse, 
porque es un derecho esencial e inalienable del cual dependen todos los demás
derechos humanos: derecho a la salud, a la familia, a la educación, entre
otros.

3. Ninguna Ley en el Mundo Castiga al Hijo por el Delito de sus Padres


En el caso de la violación y la inseminación forzada la acción jurídica debe
ser sobre el criminal y no sobre el fruto de la violación o inseminación,
que es un ser humano con identidad propia. La mujer que decide abortar no
está decidiendo sobre su cuerpo sino sobre una vida humana diferente de 
ella y del padre. El niño o niña por nacer, en el caso de la violación o de la
inseminación forzada, no sólo es inocente, sino que además por el hecho de
ser persona humana tiene derecho a la vida.

4. Eliminar a los Niños y Niñas por Nacer con Malformaciones es Considerar
Erróneamente que hay Seres Humanos Menos Importantes que Otros y que hay
Ciudadanos de Segunda Categoría

En el caso de niños o niñas con malformación congénita, hemos de reconocer
nuevamente que son también personas con dignidad y derechos plenos a nacer
y a ser protegidos. Negar el derecho a la vida de los niños/as por nacer 
que tengan alguna malformación, es considerar erróneamente que hay seres humanos
menos importantes o ciudadanos de segunda categoría; lo cual contradice el principio fundamental de que todos -hombres y mujeres, nacidos o por nacer,
por el hecho de ser personas humanas- somos iguales en dignidad y que, por tanto, todos -tengamos las limitaciones que tengamos- gozamos de los mismos
derechos. No olvidemos que en la Alemania nazi, primero se eliminó
legalmente a los niños/as, discapacitados, luego a los adultos con anomalías o enfermedades terminales y luego, al negársele el carácter de persona
humana, se asesinó en los campos de concentración a más de 8 millones de
judíos. Abrir las puertas al aborto eugenésico es abrir las puertas a otro
holocausto nazi.

5. Matar Niños y Niñas por Nacer no Solucionará la Pobreza Extrema y Sumará
a Ésta una Terrible Injusticia



Está claro que el derecho a la vida de ningún ser humano puede depender de
ninguna circunstancia externa a la persona. El derecho a la vida se adquiere
desde el primer momento de la existencia. Es a la vez derecho y condición de
todo individuo de la especie humana. La independencia genética del niño o
niña prenacido desde su concepción declara a alguien diverso de su madre
aunque dependiente de ella. ¿Y es que acaso el recién nacido no es de igual
manera dependiente de su madre? y, sin embargo, no se le niegan sus 
derechos humanos. 

Es una realidad científica que todo niño o niña por nacer se diferencia de su madre. Todo niño y niña por nacer es respecto de su madre un hijo o hija que vive dentro de ella. Y aunque dependa de ella para vivir (hasta el mes cinco de embarazo) goza de libertad y autonomía (en la etapa de cigoto se autoperfecciona sin intervención de la madre, se implanta en el endometrio; y en toda la etapa embrionaria y fetal realizará actos libres, independientes de toda ingerencia materna y evidentemente voluntarios: 
Hacer piruetas en el útero, apretar los puñitos, chuparse el pulgar, etc.). La
pobreza extrema ni ninguna otra circunstancia pueden esgrimirse para
legitimar la muerte de ninguna persona humana. Mucho menos aún para
legitimar la muerte del más pobre, inocente e indefenso ser humano: El niño
o niña por nacer. 

Además este supuesto contradice a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual establece en su artículo 76 que "el Estado garantizará asistencia y protección integral a la maternidad, en general a partir del momento de la concepción". Y en el artículo 86 que "Toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en
contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, 
enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales,
pérdida de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas
derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión
social. El Estado tiene la obligación de asegurar la efectividad de este
derecho (...)." 

Despenalizar el aborto en el supuesto de pobreza extrema, 
es incitar a quienes padecen esta situación a sumar un tipo de violencia más a
su vida familiar, es introducir en sus conciencias una peligrosa
equivalencia: El niño o niña por nacer es el problema y no la pobreza que
padecemos; luego eliminamos "el problema" destruyendo al hijo o hija por
nacer: Pero la pobreza seguirá allí y a ésta se le sumará la pobreza moral
de haber acabado con la vida de un hijo o hija. Pero además promover este
tipo de actitudes en las familias que sufren extrema pobreza, no sólo no
solucionan nada socialmente, sino que manifiestan y alcahuetean a un Estado
que ni soluciona los problemas socio-económicos de la población menos
favorecida ni hace valer sus legítimos derechos constitucionales, sino que
más bien introduce peores injusticias como la legitimación de la muerte de
un inocente. Entiéndase, despenalización del aborto.

6. En Cuanto a la Despenalización del Aborto Antes de que se Cumplan los
Tres Meses de Embarazo: Se ES la Misma Persona Humana Desde la Concepción
y/o Fertilización del Óvulo, Hasta el Final del Embarazo y Durante Toda la
Vida.

En base a que verdad científica se le resta valor a la vida del niño o niña
por nacer antes de los tres meses de gestación? ¿Acaso no se posee la misma
identidad genética desde el momento de la concepción y ésta se conserva 
para toda la vida? ¿Pero es que acaso el niño o niña por nacer es menos persona
humana que todos nosotros antes de los tres meses de embarazo? Veamos que
nos dice la ciencia:

Momentos de su vida intrauterina en los que el hijo o hija por nacer va
desarrollando sus distintos órganos y funciones:

Desde el momento de la concepción o fertilización,
cuando el óvulo de la madre es penetrado por el espermatozoide del padre, 
ya existe un ser humano genéticamente definido. Sus 46 cromosomas declaran el
genotipo de un individuo único e irrepetible de la especie humana. A partir
de aquí habrá sucesivas divisiones celulares, en las que las nuevas células
se irán ordenando a una velocidad vertiginosa para formar tejidos y órganos.
Antes de que terminen los tres primeros meses nuestro hombrecito o 
mujercita ya podrá "presumir" de sus órganos y de su cuerpo perfectamente formados.

A las dos semanas se inicia el desarrollo del sistema nervioso.

A las tres semanas de vida empieza a diferenciarse
el cerebro, aparecen esbozos de lo que serán las piernas y los brazos y el
corazón inicia sus latidos.

A las cuatro semanas ya empiezan a formarse los ojos.

A las seis semanas la cabeza tiene su forma casi
definitiva, el cerebro está muy desarrollado, comienzan a formarse manos y
pies, y muy pronto aparecerán las huellas dactilares, las que tendrá toda 
su vida.

A las ocho semanas el estómago comienza la secreción
gástrica; aparecen las uñas.



Entre la octava y la décima semana, ya se puede detectar actividad del tálamo (sitio donde está el cerebro, centro del dolor). Los nociceptores (nervios sensoriales para la recepción del dolor) están en la piel antes de la novena semana de gestación. Esto quiere decir que este diminuto niño o niña por nacer ya puede sentir dolor y que de ser abortado sufrirá horriblemente.

A las nueve semanas se perfecciona el funcionamiento
del sistema nervioso: reacciona a los estímulos y detecta sabores, pues se
ha comprobado que si se endulza el líquido amniótico -en el que vive 
nadando dentro del vientre materno- ingiere más, mientras que si se sala o se
acidula, lo rechaza.

A las once semanas ya se chupa el dedo, lo que puede
verse perfectamente en una ecografía.

La mayor parte de los órganos están completamente
formados al final de la duodécima semana, y casi todos ellos funcionarán ya
en la segunda mitad de la vida intrauterina. Pero hay cambios que no se
producirán más que después de nacer: la primera dentición sólo aparece seis
meses después del nacimiento, los dientes definitivos lo hacen hacia los
siete años y algunas veces las últimas muelas no salen hasta bien avanzada
la edad adulta. La pubertad, con todos sus cambios anatómicos y
fisiológicos, acaece en la segunda década de la vida, y la capacidad
reproductora en la mujer se inicia poco después de la pubertad y cesa en el
climaterio. Es decir, la vida es un proceso único, que empieza en la
fecundación y no se detiene hasta la muerte, con sus etapas evolutivas e
involutivas.

Conclusión: Según los datos científicos recientes -al alcance de todos y
todas- cualquier niño y niña por nacer, antes de los tres meses, ES TAN
PERSONA HUMANA como cualquiera de nosotros. Y, entre otras cosas, ya puede
sentir placer y dolor. Obviamente, destruir a un bebé o a una beba de menos
de los tres meses de embarazo no deja de ser un HOMICIDIO (o sea, la
destrucción de un ser humano ejecutada por otro ser humano) y un acto de
gran crueldad (porque la gran mayoría de los niños y niñas abortados en
torno a los 7 y 8 semanas [dos meses] de embarazo, que es cuando se 
realizan el mayor número de abortos de primer trimestre[2], ya sienten el dolor al
ser despedazados por la sonda de la máquina succionadora).



Por lo expuesto precedentemente, reitero una vez más que las 
propuestas que se le han hecho para aprobar el aborto aunque sea en determinadas circunstancias, sean obviadas y/o retiradas del proyecto de reforma del Código Penal por irrespetar el DERECHO FUNDAMENTAL DE LA VIDA EN LOS NIÑOS Y NIÑAS POR NACER .

Saludos a los Sres. Magistrados Atentamente

NOMBRE Y APELLIDO

CEDULA DE IDENTIDAD

[1] Reconocen que hay un nuevo ser humano desde la concepción: El biólogo y
premio Nobel Jean Rostand; el Dr. Micheline M. Mathews-Roth, de la escuela
de medicina de Harvard; el padre de la genética moderna, el Dr. Jerome
Lejeune, el Dr. Hymie Gordon Chairman, del Departamento de Genética de la
Clinica Mayo en E.U.; el Dr. Mc. Carthy de Mere, médico y abogado, de la
Universidad de Tennessee; el Dr. Alfred Bongiovanni de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Pennsylvania, entre otros (citado en:
ttp://www.prodigyweb.net.mx/cprovida/consejeria/argumentos.htm).

[2] En los países en los que está legalizado el aborto.