La Mujer a los Ojos de la Beata Teresa de Calcuta

Autora: Sheila Morataya-Fleishman

Fuente: encuentra.com (con autorización de la autora)

 

 

“No entiendo porque tanta gente insiste en decir, que tanto mujer como hombre, son exactamente lo mismo, negando de esta manera, las hermosas diferencias que existen entre el hombre y la mujer” . Las anteriores fueron una de las primeras afirmaciones que la en ese entonces, Teresa de Calcuta, fundadora de la Orden de las Hermanas de la Caridad, pronunciaba en la cuarta conferencia para la mujer en Beijing, La hoy Beata Teresa de Calcuta, sabía que cuando como mujer, estas convencida de esas diferencias, se puede hacer una labor de amor, mucho más Honda y de impacto en el mundo, como lo hizo ella.

“Todos los regalos de Dios son Buenos, pero no todos son iguales. Muy frecuentemente le digo a las personas que me preguntan, que como pueden pueden ayudar a los pobres como lo hago yo les respondo: Lo que yo puedo hacer, tu no puedes. Lo que tu puedes hacer, yo no puedo. Pero juntos, podemos hacer algo muy hermoso para Dios. Y es de esta misma forma como pueden verse las diferencias que existen entre la mujer y el hombre”. Por eso tu como mujer, estas obligada a conocer estas diferencias, que lejos de alejar al uno del otro, son los ingredients para poder crear el amor de pareja, el amor de familia, la armonía incluso laboral. Cuando como mujer, quieres asumir actitudes específicamente masculinas, es cuando comienzan los sinsabores y los conflictos, las luchas de poder y la desintegración en las relaciones. Parafraseando a la Beata Teresa: “lo que tu como mujer puedes hacer en la relación, el no lo puede hacer. Lo que tu como hombre puedes hacer en la relación, ella no lo puede hacer. Y, ¿qué más dijo Teresa de Calcuta en ese encuentro?

“Pero, ¿porqué Dios creo a algunos como hombres y a otros como mujeres? Porque el amor de la mujer es una imagen de el amor de Dios, y el amor del hombre es otra imagen del amor de Dios. Ambos han sido creados para amar, pero cada uno a partir de una forma diferente. Mujer y hombre se complementan y juntos muestran el amor de Dios de una forma más completa, que haciendolo cada uno por separado”. Te invito querida lectora a profundizar en estas palabras tan sencillas pero al mismo tiempo tan llenas de verdad, pronunciadas por esta gran mujer. Llevado este texto a la acción, puede ayudarte a tí a comprender o saber, que los detalles que para tí no son importantes, para el lo son. Como por ejemplo, ese partido de futbol del Domingo. Puede ayudarte a saber, que para el los aniversarios de boda, no son esperados con la misma illusion romántica, con los que los esperas tu, pues ahora, tiene una casa por la que responder, sobre sus hombres. El hombre, en la mayoría de los casos , es el gran proveedor de lo material. La mujer, es la gran proveedora del amor y la armonía. ¿Lo meditas?

“Ese poder tan especial para amar, le pertenece a la mujer y se puede ver mucho más claro, cuando se convierte en madre. La maternidad es el regalo de Dios para la mujer.”
Que palabras más hermosas y llenas de sentido pronunciadas aquí por la Beata Teresa. Palabras en verdad, verdaderas pues desde que una niña cumple sus dos añitos, comienza a jugar de una forma concentrada y entregada con las muñecas. La niña, potencialmente portadora de la vida, busca, ama, cuida y derrama ternura en cada una de sus muñecas. 
Hay una etapa dentro de su proceso evolutivo, alrededor de los 3 y 4 años, que la niña, arrulla, alimenta, cambia pañales y con ternura, pone a dormir a su muñeca. La niña, es ya desde ese momento madre. Pues como lo dice la Beata Teresa, la maternidad es el regalo de Dios para la mujer. Como debemos de estar de agradecidos con Dios por este maravilloso regalo que trae consigo gozo para el mundo entero, mujer y hombres por igual!”

“Mis mis oraciones a todas las delegadas, y para cada mujer que en la conferencia de Beijing que estan tratando de ayudar, es que cada una pueda ser humilde y pura, como lo fue Maria, así como que cada una viva en amor y paz con los otros y así hacer de nuestras familias y de nuestro mundo algo hermoso para Dios”. La humildad y la pureza de corazón es algo que debe de estar presente en tu oración diaria. Pedirlo como lo hacía el salmista, “crea Oh Dios en mí un corazón puro, un corazón recto… pues sólo desde un corazón limpio se puede ser capaz de poder ver la bondad en el otro, de hacer la diferencia entre persona y conducta. Sólo desde un alma humilde se puede caminar en la verdad y se puede enseñar el amor. Sólo desde esa actitud del alma se pueden hacer los cambios necesarios para crecer como persona, mujer, esposa y madre. La humildad, esa de la que fuimos testigos tantas y tantas mujeres en el mundo, a través de la figura diminuta de la Beata Teresa es la virtud por excelencia capaz de rescatar y salvar el amor entre amigos, esposos, hijos, hermanos, ciudadanos del mundo.