Luis Miguel es Luis Miguel

Autor: Adolfo Güémez, L.C.

aguemez@legionaries.org

 

 

El otro día me escribía una amiga: “Estoy harta. Luis Miguel es Luis Miguel y no puede cambiar. Todo el día está fuera de casa: cuando no está trabajando, está con sus amigos; cuando no está con sus amigos, está trabajando. Y el poco tiempo que está conmigo lo dedica sólo a dormir, comer y ver la televisión. Ya lo he intentado todo. No aguanto más”.

Le respondí a vuelta de correo: “Es verdad, Luis Miguel es Luis Miguel. Por sí solo no puede cambiar. Pero tú, Daniela, lo amas. Tu corazón es el arma más fuerte para cambiar a tu esposo. Y es que el amor todo lo puede, todo lo soporta, todo lo transforma. Un cambio requiere tiempo. Por ello, la impaciencia es enemiga del amor”.

A algunos tal vez el sonsonete del corazón les suene muy trillado. Otros pensarán que el consejo es muy bonito, pero que no pisa la realidad de cada día. No los contradigo. El amor no se puede meter por la cabeza. Pero para mí el corazón que ama es como aquel cuento del rey Midas: todo lo que tocaba lo convertía en oro. ¡Todo! Así, el corazón que desborda de amor, todo lo que toca lo transforma. Sólo hay una diferencia: el rey lo transformaba al instante y terminó por no satisfacerle; el corazón puede tardar años y siempre satisface.

Para mí, esta convicción es un tesoro y me suscita un caudal de reflexiones.

La primera es que uno puede enamorarse de otro ser humano sólo olvidándose de sí. El amor es, por definición, donación. Y es que el hombre, aun siendo la obra maestra de la creación, tiene muchos componentes positivos y negativos. Los primeros necesitan del amor para potenciarse; los segundos, para corregirse. De ahí que un matrimonio unido sea una magnífica escuela de humanidad.

La segunda me hace ver que el verdadero rompe aguas de la historia del mundo y de cada uno de nosotros sólo puede ser el amor. ¿No lo crees? Haz memoria y verás que todo lo que ha valido la pena en tu vida lo haz conquistado con amor. Y así, con la historia del mundo entero. Pon lo que quieras: un mundial, un país, un puesto de trabajo, una familia unida. Sólo los hombres que aman son capaces de grandes cosas. Sólo un matrimonio que se ama será capaz de perseverar hasta el final.

La tercera, que puede haber matrimonios mediocres. Pero si lo son es por la mediocridad de cada uno de los cónyuges, y no por culpa de uno solo. Un matrimonio bien vivido sólo se puede vivir desde el amor. Pero eso sí, el obsequio del verdadero amor debe culminar en el sacrificio. Las tristezas, desalientos y dudas, vienen sobretodo el día en que amamos poco.

En fin, me parece que en la pareja ambas partes debe luchar por realizarse. Sin perder de vista que dicha realización no se dará sin olvidarse de sí mismo para entregarse al otro. Sólo así es posible construir un matrimonio feliz. Y entonces, sólo entonces, Luis Miguel dejará de ser Luis Miguel y Daniela de ser Daniela.